‘amor50’

Cómo sobrevivir al nido vacío y salir triunfante

Conocimos a Susana Segura a través de Instagram, mujer babú cosecha del 64. Su hija «N» decide abandonar el nido. Susana se anima a compartir la experiencia en Babú Magazine escribiendo un texto maravilloso que hemos decidido titular:

«Cómo sobrevivir al nido vacío y salir triunfante»

Septiembre pasado

Ya matriculada en el programa de doctorado y con su primer contrato de trabajo recién firmado en el bolsillo nos lo soltó: ¡Si me dan la beca me voy de casa!

Y tú intentas que no se te mueva la cara. Disimulas, Sonríes y después de la sorpresa inicial te engañas y piensas que ya te lo imaginabas porque, como dicen todos aquellos padres que ya han pasado por eso: «los hijos que estudian fuera, cuando vuelven a casa lo hacen solo de paso».  Después escarbo un poco y siento un pequeño escalofrío. Yo, la súper madre moderna «¿he podido desear por egoísmo que no le concedan una de esas codiciadas y prestigiosas becas de investigación?, ¿yo he podido hacer eso?». Solo ha sido una fracción de segundo, solo.

Navidades

¿Por qué brindamos? ¡Por N! Le han concedido la beca! Por N! Y brindas, ¿cómo no vas a hacerlo?, es tu orgullo, tu niña, es una crack. Vuelves a engañarte.

Todavía hay tiempo, no se va a ir de casa así como así. La conozco bien, es exigente. Hasta que encuentre el piso adecuado pasarán meses, seguro. Y te engañas aún más: «Al fin y al cabo se queda aquí cerca, en la misma ciudad.» Pero en mi cabeza una voz me dice que ese doctorado, iniciado aquí puede llevarla dentro de poco tiempo a la otra punta del globo. Y entonces será otro tema. No quiero ni pensarlo.

El 15 de enero

Tenemos piso, nos cuenta durante la cena con chispas de alegría en los ojos! ¡Lo ha encontrado A y ella es una experta que lleva bastantes años viviendo de alquiler aquí en Bilbao!.  ¡A pues qué bien!. Entonces… ¿cuando os mudáis? (Por lo menos no se va sola) Pues nada, nos dan las llaves para entrar el 1 de febrero. Y yo insistiendo un poco: ¿seguro que no os vais a precipitar? ¿No prefieres mirar alguno otro por si acaso?

Y ahora si que si tengo un nudo en el estómago y me pregunto cómo ha podido pasar el tiempo tan rápido. Sigo mirando hacia abajo buscando a la niña para darle la mano y ayudarla a cruzar la calle y ella está mirando al cielo a las estrellas y no me ve. Lógico.

1 día antes del día D

 salimos los 4 a cenar a un restaurante. ¡Celebramos que nuestra hija se va de casa, vaya cosa! La idea me la ha dado una amiga psicóloga. Me ha animado, me cuenta que hay que verlo como un motivo de alegría. Se cumple un ciclo, los hijos solo están de paso, no nos pertenecen y esas cosas que se dicen. Y no vamos a hacer un drama de esto. Al contrario, significa que lo hemos hecho bien como padres.

¡Pues nada a celebrarlo! Aunque en la cena se habla de todo menos del tema y se nos olvida brindar por N que se va de casa.

El día D

 Su padre y yo nos miramos: «¿Pero no nos dijo que esta noche ya quería dormir en su piso? Pero, si ni ha hecho las maletas, ni ha preparado cajas. ¿Se habrá arrepentido?»

Qué va. Por fin termina de hacer las maletas. Curiosamente, ella tan independiente me ha pedido que le eche una mano. También lo está pasando mal, lo noto. Las maletas se ordenan en el hall de entrada y les saco una foto que subo a Instagram : ‘realidades babú’ ‘y al final se fue’, Y el hastag #Hijxsqueabandonanelnido.

Su padre y yo la llevamos en coche. Como una ‘buena madre’ hasta le he hecho un poco de compra para la cena de hoy y el desayuno de mañana. Ahí la dejamos, tras una despedida precipitada y rara.

Mi parte racional sabe que no es un ‘adios’ pero no puedo evitar vivirlo mal. Esa noche no dormirá sola, creo que también se instala otra de sus amigas. Del piso mejor ni hablamos. Yo no dormiré muy bien esta noche y no solo por la menopausia.

Así que es esto lo que se siente, un vacío enorme, un dolor grande y profundo, un ‘pero si yo ayer todavía le regalaba peluches de animales, sus favoritos’¡!

Hablando de peluches, de vuelta en casa, no puedo evitar entrar en su habitación medio vacía y revuelta. Es extraño, se ha llevado su parte adulta, su parte de mujer, ropa, zapatos, maquillaje (su pasión) y ahora, en esa habitación destartalada aflora la niña. Los muñecos y juguetes antes escondidos por capas de adolescencia y muchos libros, salen a la luz. Salgo de su cuarto emocionada y triste.

Estadísticas

Unos días mas tarde, leo en El Pais que, en España, solo 2 de cada 10 jóvenes entre 24 y 30 años se emancipan. ¿Cómo? !! Y la mía casi se sale de la tabla por debajo!!!

Entonces te acuerdas de cuando otras madres te decían en el patio del colegio que estas criando a tus hijos ‘a la suiza’, te preguntas si se referían a esto y no solo a lo de ponerles sandalias con calcetines. Y… te arrepientes un poco.

La despensa

La despensa está triste desde su partida. Las galletas, se quedan rancias en las latas. Nadie husmea en busca de chocolate y los libros de repostería se aburren en la estantería de la cocina.’ La golosa’ ya no vive aquí.

Aunque de vez en cuando aparece. La ‘saqueadora’, la ha bautizado bromeando su hermano. Empieza la ‘Operación Tupper’. Su habitación se sigue vaciando. No hay marcha atrás. Aún la echo más de menos.

El amor sigue intacto, solo cambian las circunstancias, leo en abril en un artículo de Babú Magazine sobre el síndrome del nido vacío. Sigue intacto si, y mi corazón se ha ido adaptando. El día a día no me deja mucho margen para escucharme.

Un nuevo proyecto profesional me hace estar ‘a lo mío’ todo el día

Poco a poco el dolor se mitiga. El grupo de casa de whatsapp es ahora el que sirve para mantenernos al día. Ella también reclama saber lo que se ‘cuece’ en la familia y está activa. 

Sus cuentas de Instagram me ayudan a tenerla cerca y a veces quedamos para salir juntas. Curioso como planear la salida y ‘quedar en la calle’ me hace ver la relación como de ‘madre e hija’ pero algo diferente.

Ella es mi mundo 4.0. Me azuza a no perder el tren de la tecnología, me abre los ojos sobre lo que es el feminismo o el concepto de feminidad hoy en día y a menudo me pone en apuros sobre mis prejuicios.

Me encanta escucharla hablar de su trabajo aunque no entienda nada, de sus planes y salidas con amigos, de su mundo. Sé que ella ha presumido de ‘madre con mentalidad abierta’ con la que poder hablar de todo y hoy, cerrando el círculo, siento que es gracias a ella y a su visión que yo soy ‘joven’ a los ojos de los demás.

Hoy

Han pasado 5 meses. Escribo esto sentada en su mesa de estudio. Trabajo desde casa y he instalado mi despacho en su habitación. Aquí hay mucha mas luz que en la otra parte de la casa. Al principio, no quería ni pensarlo. Como voy a hacer eso. ¿Y si vuelve? Sentía que, como en un santuario, su cuarto debía permanecer intacto por si acaso.  De hecho, siempre he entrado casi de puntillas en ‘los dominios’ de mis hijos. He sentido que estos espacios solo les pertenecían a ellos.

Y sin embargo aquí estoy, escribiendo. He terminado por fin mi plan de negocio y presentado mi proyecto a las ayudas al autoempleo de la Diputación Foral de Bizkaia: Formación en idiomas para empresas.

Soy el ‘pegamento’ de un equipo de 15 personas. A algunas no las he visto nunca en persona, pero ese es nuestro mundo hoy, esto ya no le extraña a nadie. Parto con 5 puntos por ser mujer mayor de 45 años. Me siento orgullosa de lo que he conseguido en un año. Levanto la vista y veo sus fotos en las estanterías. 

Si has leído hasta aquí, seguro que estarás sonriendo. Susana en lo de cómo sobrevivir al nido vacío ha salido triunfante. Esperamos que su texto te ayude, y te anime a contar tu experiencia; puedes hacerlo enviando un mail a redaccion@babumagazine.com

Escrito por Susana Segura @susanaseguralarrea

1 Comentario
  1. Que bueno!!!!! Yo me sentí parecido cuando se fue mi hija a estudiar enfermería a Pamplona.La veía tan contenta ,que la punzada que sentía en el estómago se suavizaba.Pero cuando se fue el pequeño,allí sí que tuve el síndrome del nido vacío.Dos años después,los veo a los dos tan contentos,y superadas todas mis angustias,estoy encantada.He aprendido a disfrutar de mi nueva vida y contenta cuando vienen.Tambien es verdad que con las nuevas tecnologías,estamos conectados al minuto .Un saludo Babus

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