Poco a poco, la artista portuguesa nacida en Paris, Joana Vasconcelos se está dando a conocer al público español y esta nueva exposición en el Museo Guggenheim de Bilbao va a ser determinante para su popularidad.
Joana trabaja desde Lisboa con la escultura y la instalación. Tuvimos la suerte de ver unas obras suyas en la Bienal de Venezia y nos quedemos con la boca abierta delante de los volúmenes gigantescos de las obras de su fantástica instalación llamada Contamination (2008-2010), concebida solamente para el atrium de Palazzo Grassi, parte de la exposición ‘Le Monde vous appartient’ (2011-12).
Cuando se instaló en 2012 en el Palacio de Versalles, superó con creces el numero de entradas obtenido por el mismísimo Jeff Koons.
Los trabajos de Vasconcelos —algunos de gran complejidad técnica para lo que cuenta con la ayuda de su marido arquitecto— se mueven, tienen sonido o se iluminan; cuestiones que la artista resuelve en su estudio de Lisboa con un numeroso equipo de colaboradores.
Para realizarlos, Joana Vasconcelos utiliza diversidad de materiales de la vida cotidiana, como electrodomésticos, azulejos, tejidos, cerámica popular, botellas, medicamentos, urinarios, duchas, utensilios de cocina, teléfonos, coches o cuberterias de plástico. Con ellos construye imágenes impactantes, lúdicas y directas, que se refieren a asuntos sociopolíticos relacionados con las sociedades consumistas, poscoloniales y globalizadas, abordando desde la inmigración a la violencia de género.
Su obra incorpora siempre el sentido del humor, sugiriendo además significados abiertos y no dogmáticos, aproximándose, al sugerir la participación del espectador en su interpretación y visionado, a las llamadas estéticas relacionales surgidas a finales de los noventa.
Su obra trata, entre sus temas principales, la cuestión de la identidad, en todas sus dimensiones, reflexionando sobre su condición de mujer y de artista portuguesa y también europea.
Una exposición que no te puedes perder, tienes hasta Noviembre 2018 para verla.