‘amor50’

Exposición Lucian Freud, Nuevas perspectivas

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta una retrospectiva dedicada al pintor británico Lucian Freud (1922-2011), con motivo del centenario de su nacimiento. La exposición reúne más de medio centenar de obras que muestran las siete décadas de producción de uno de los artistas europeos más significativos del siglo XX. Tras su presentación en Londres la muestra llega a mediados de febrero al museo madrileño.

Todo sobre la exposición Lucian Freud, Nuevas perspectivas

Voy a la National Gallery como quien va al médico a pedir ayuda.

Exponer el arte de Freud en el contexto de dos museos históricos nos permite mostrar al artista dentro de una línea de continuidad con el pasado. Visitante asiduo a las grandes pinacotecas, se pueden rastrear en su obra toda una serie de alusiones a los grandes maestros, desde Holbein, Cranach, Hals, Velázquez, Rembrandt o Watteau hasta Ingres, Courbet, Rodin o Cézanne, aunque esa vinculación convive con una fuerte voluntad de independencia.

¿Qué le pido a una pintura? Le pido que asombre, perturbe, seduzca, convenza.

Subversiva, incisiva y en ocasiones indecorosa, la pintura de Lucian Freud, a contracorriente de las tendencias abstractas o conceptuales que se fueron sucediendo a su alrededor, estuvo siempre dedicada a la representación del cuerpo humano y a retratar al hombre contemporáneo.

Lo que verdaderamente le interesa a Freud es descubrirnos la pintura sobre la pintura, su personal reflexión meta-artística y la “intensificación de la realidad” que siempre quiso alcanzar.

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza es el único museo español que alberga en su colección obras de Freud, un total de cinco pinturas, todas ellas incluidas en la exposición. Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza fue uno de los primeros coleccionistas privados en interesarse por su obra y mantuvo una especial relación con el pintor, que le retrató en dos ocasiones. Las largas sesiones a las que Freud sometía a sus modelos propiciaron la amistad entre ambos, que se mantuvo a lo largo del tiempo. Además, el cuadro de Watteau Pierrot contento (h. 1712), que aparece como fondo de uno de esos retratos y que pertenece a la propia colección Thyssen, sirvió de inspiración de alguno de sus cuadros.

La exposición se organiza de forma más o menos cronológica a lo largo de varias secciones temáticas que repasan la evolución del pintor desde los años 1940 hasta principios del siglo XXI

Primeros retratos

Los retratos de Caroline Blackwood, su segunda mujer, como Muchacha en la cama (1953) y Muchacha con vestido verde (1954), o la inquietante escena de Habitación de hotel, expuesto en el pabellón británico de la 27ª Bienal de Venecia, en 1954, marcan el final de su primera etapa.

A partir de entonces pinta de pie, moviéndose alrededor de sus modelos, con una proximidad física que le permitía apreciar los más mínimos detalles. Utiliza pinceles más gruesos y, por influencia de Francis Bacon, su pincelada se vuelve suelta y empastada, pero su forma de trabajar sigue siendo precisa, lenta y pausada, para captar la esencia de sus modelos.

Igualmente, son numerosos los autorretratos, en los que recurre con frecuencia al espejo como recurso pictórico, como en Reflejo con dos niños (Autorretrato), de 1965, un sorprendente contrapicado con el espejo colocado en el suelo.

Algunos retratos deliberadamente inacabados permiten ver su ejecución a base de acumulación, empezando por el centro del cuadro, y nos acercan al proceso creativo de su pintura.

Intimidad

Utilizo a las personas para inventar mis cuadros con ellas, y trabajo con más libertad cuando están ahí

Freud pintaba siempre del natural y prefería retratar a su entorno más próximo, amantes, amigos y familiares, para poder actuar con mayor libertad. Su habilidad para evocar en sus pinturas una intimidad no erótica, como el cariño, la amistad o el afecto paterno, ha sido escasamente investigada. Esa intimidad queda reflejada sobre todo en sus retratos dobles, como el de su amigo el pintor Michael Andrews y su mujer June (1965-1966), el de sus hijas Bella y Esther (1987-1988) o el de Dos hombres, de la pareja de artistas Angus Cook y Cerith Wyn Evans.

Poder

A medida que crece su fama, en contadas ocasiones Freud acepta encargos de personajes que le merecían respeto o admiración. Previamente debían aceptar sus severas condiciones sobre la forma de posar o la duración de las sesiones, siempre en su estudio.
Estas obras siguen la tradición de los retratos de poder de Rubens o Velázquez, con los modelos sentados con las manos apoyadas en los brazos de la silla o sillón y una actitud de introspección. Hombre en una silla (Barón H.H. Thyssen-Bornemisza), de 1985, y Dos irlandeses en W11 (1984-1985) son dos de los magníficos ejemplos reunidos en la sala.

El estudio

A partir de la década de 1980 el espacio del estudio se convierte en escenario y tema de su pintura. Adquiere una creciente presencia como el lugar donde el pintor es capaz de imponer sus reglas a la realidad y llevar las cosas al extremo.

Contemplamos el estudio del artista como espacio distintivo y reconocible, con el característico mobiliario, las paredes desconchadas o con una densa costra de empastes del óleo, o la tarima con una perspectiva ascendente, creando una marcada inestabilidad en las figuras y en los distintos elementos representados, como en Gran interior W9 (1973) o Tarde en el estudio (1993).

La carne

La exposición se cierra con un capítulo que reúne varios retratos de desnudos monumentales en los que contemplamos una profunda observación de la vulnerabilidad del cuerpo y la plasticidad de la carne como pintura.

“Quiero que la pintura actúe como si fuera carne”, manifestaba el artista en 1982, un lema en consonancia con la carnalidad matérica de sus rostros y cuerpos y con su habilidad para pintar la textura de las carnaciones.

La vigorosa representación de la carne en el lienzo es quizá el elemento más destacado y repetido en la larga carrera de Lucian Freud. Comienza a pintar desnudos en los años 1960, pero es sobre todo en las últimas décadas cuando sus retratos de Leigh Bowery y Sue Tilley le convirtieron en pionero de la representación de cuerpos no normativos con gruesos empastes, como sedimentos del paso del tiempo.

FICHA DE LA EXPOSICIÓN

Título:Lucian Freud. Nuevas perspectivas

Sede y fechas: Madrid, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, del 14 de febrero al 18 de junio de 2023.

INFORMACIÓN PARA EL VISITANTE

Dirección: Paseo del Prado, 8. 28014, Madrid. Salas de exposiciones temporales, planta baja.

Horario: De martes a domingo, de 10 a 19 horas; sábados, de 10 a 21 horas. Lunes cerrado.

Tarifas: Entrada única: Colección permanente y exposiciones temporales. General: 13 €; reducida: 9 € para mayores de 65 años, pensionistas y estudiantes previa acreditación; Grupos (a partir de 7): 11 € por persona; gratuita: menores de 18 años, ciudadanos en situación legal de desempleo, personas con discapacidad, familias numerosas, personal docente en activo y titulares del Carné Joven y Carné Joven Europeo. Venta anticipada de entradas en taquillas, en la web del museo y en el 91 791 13 70.

Más información:www.museothyssen.org

No hay comentarios
Dejar una respuesta

Tu dirección de email no será publicada.

Puedes usar estas etiquetas y atributos de HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>