Siempre que leo sobre los efectos de los polvos bronceadores aparece, entre otras, el verbo sublimar, sublimar quiere decir «alabar o ensalzar a una persona o a una cosa exagerando mucho sus cualidades o méritos».
Cuando dicen que los polvos bronceadores subliman el bronceado no me parece que exageran en absoluto; son un producto donde el único culpable de la exageración es una misma si se pasa con la cantidad insistiendo repetidamente con la brocha; los polvos bronceadores en su justa medida son mágicos y hacen guapa.
El efecto «bonne mine» (buen aspecto) con ellos está asegurado y, no solamente en verano; en invierno son también de gran ayuda; tengo una amiga que no puede vivir sin ellos, con su polvera joya y su brocha «kabuki» (la pequeñita, chata y, la mejor según dicen, para aplicar este tipo de polvos), va a todas partes, dice que son su salvación.
Conozco a algunos hombres, nunca lo confesarán, que usan los polvos bronceadores desde que los descubrieron; algunos tienen la mano rota con la brocha y otros, aún se manchan el cuello de la camisa.
Cuando Jean Paul Gaultier no solo hacía perfumes, tenía una línea de maquillaje para hombres que incluía unos polvos bronceadores maravillosos; me pareció un visionario, parece que no tuvo demasiado éxito. Si algún hombre me está leyendo y usa polvos bronceadores, me encantaría saber que marca usa.
Volviendo a nosotras y al uso de los polvos de sol, a mi me resultan prácticos y eficaces, dibujarse un tres a cada lado de la cara con la brocha es suficiente, difuminar bien y añadir algunos al escote basta. Respecto a la cantidad, es mejor pensar ligero; muy parecido a cuando añades sal en la comida, poco al principio; que siempre habrá tiempo de poner más.
¿Qué me decís de las polveras? como objeto son todo un lujo para los sentidos, preciosas a la vista; algunas incluso huelen de maravilla; reconozco que a veces las veo tan bonitas que me da pena meter el pincel y deshacer los dibujos que forman los colores de los diferentes pigmentos de los polvos. Las ediciones limitadas de este verano 2017 son obras de arte.
Disfrutad del sol, con protección, sin pasarse; a la vuelta de la playa os esperan unos polvos bronceadores que conseguirán sin dañar vuestra piel, que vuestro moreno parezca muchísimo más bonito, por eso son sublimes.
Delia Rubio
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