Hay que reconocer que, a partir de una cierta edad, empezamos a tener temas de conversación muy específicos entre mujeres de nuestra generación; como por ejemplo el del suelo pélvico. Es una parte de nuestro cuerpo desconocida para muchas personas, pero que, sin embargo, es muy importante.
La posibilidad de la pérdida de calidad de vida por problemas con el suelo pélvico en mujeres mayores de 50 años es muy común porque se estima que las disfunciones del suelo pélvico afectan aproximadamente al 50 % de ellas.
Para identificar los síntomas que indican alteraciones en el suelo pélvico debemos conocer qué es, qué problemas puede presentar y qué medidas debemos tomar para solucionarlos.
¿Cómo afrontar los problemas con el suelo pélvico pasados los 50 años?
¿Que es el suelo pélvico?
Se puede definir como el conjunto ligamentos, tejidos y músculos que se sitúa en la parte inferior de la cavidad abdominal. Su principal función es la de ofrecer soporte a los órganos pélvicos, es decir, a la vejiga, uretra, útero, vagina y recto.
Esta sujeción favorece que dichos órganos estén en la posición adecuada y puedan tener un funcionamiento normal.
Relación del suelo pélvico con la incontinencia urinaria
No obstante, además de la función principal de mantener en la posición adecuada a los órganos situados en la pelvis, también se le atribuyen otras funciones de igual importancia como son, entre otras: garantizar la continencia urinaria, ayudar a la etapa expulsiva del parto o facilitar, junto con otros músculos, la estabilidad lumbar.
Se podría decir que es importante conocer esta parte de nuestro cuerpo porque puede presentar alteraciones que manifiesten su debilidad. Estas alteraciones pueden derivar en distintos problemas de salud que perjudiquen nuestra calidad de vida, como pueden ser el descenso de los órganos pélvicos por el conducto vaginal, dolores lumbares, incontinencia urinaria o disfunciones sexuales.
Es un problema que afecta también a entre 2 de cada 10 hombres.
¿Cómo afecta la menopausia al suelo pélvico?
Vamos a intentar explicarlo de manera sencilla. Estos problemas suelen aparecer con más frecuencia durante la menopausia. Todas las alteraciones que se producen en el suelo pélvico están directamente relacionadas con los cambios hormonales propios de este periodo.
Entre los principales factores que afectan al suelo pélvico durante la menopausia encontramos principalmente el envejecimiento y la no producción de estrógenos por parte de los ovarios.
Este déficit hormonal puede ocasionar molestias urinarias, así como incontinencia. Durante la menopausia se produce también una pérdida tanto de masa muscular como de elasticidad de los ligamentos.
Esto provoca que el suelo pélvico se debilite y se haga más difícil su función de sostén de los órganos pélvicos, provocando que estos se descuelguen y puedan aparecer prolapsos.
Otro de los problemas relacionados con la menopausia es el deterioro de la uretra, que debido a la falta de estrógenos disminuye su riego sanguíneo favoreciendo la aparición de molestias.
Además de los problemas ya mencionados, tenemos que sumar las alteraciones que se pueden producir después de haber pasado por embarazos y partos. Estos dañan sensiblemente el suelo pélvico y sus consecuencias pueden ser más evidentes a partir de la menopausia.
¿Cómo fortalecer el suelo pélvico después de la menopausia? Nuestros consejos más útiles.
Todas las mujeres debemos prestar atención a que nuestro suelo pélvico se encuentre sano. Alrededor de los 50 años es cuando se debe tener una mayor consciencia sobre su cuidado con el fin de prevenir posibles alteraciones.
Por eso, podemos tener en cuenta algunos consejos para cuidarlo como:
Tener especial cuidado al ir a orinar, evitar forzar la vejiga y no forzar los abdominales.
Beber 2 litros o más de agua al día.
Cuidar adecuadamente la higiene genital
Hacer unos ejercicios de respiración. Aprender a respirar es muy beneficioso
Entrenarte a hacer los famosos ejercicios de Kegel: estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico. Para hacerlos, contrae los músculos como si estuvieras intentando detener la micción y mantén la contracción durante unos segundos antes de relajar. Repite este ejercicio varias veces al día.
Ciertas posturas de yoga, como la postura del puente y la postura del triángulo, pueden ayudar a fortalecer el suelo pélvico y mejorar la circulación en la zona.
La respiración diafragmática se enfoca en la respiración profunda, lo que puede ayudar a fortalecer los músculos del suelo pélvico. Para hacerla, inhala profundamente expandiendo el diafragma y exhala lentamente contrayendo los músculos del suelo pélvico.
Programar una rutina deportiva específica con la ayuda de un fisioterapeuta incorporando ejercicios de gimnasia abdominal hipopresiva.
Llevar a cabo una dieta equilibrada rica en fibra, frutas y verduras.
En definitiva, la menopausia es un periodo de la vida que puede resultar delicado para el suelo pélvico. Hoy hemos intentado aportar nuestro granito de arena en forma de información sobre la prevención de los problemas con el suelo pelvico para mujeres mayores de 50 años.
