Si quieres saber cómo mejorar la digestión, lo que te contamos a continuación puede ser muy importante. Las personas que gustan de disfrutar de la vida prefieren verse libres de incomodidades. Si es tu caso, es posible que estas recomendaciones sean muy útiles para tu día a día y te permitan comer de todo sin inconvenientes.
Una digestión sana e imperceptible
Las sensaciones molestas asociadas con una digestión pesada son múltiples. La sensación de plenitud excesiva, el abdomen distendido, los gases, la halitosis y hasta las náuseas y los reflujos pueden estar relacionados con costumbres inadecuadas a la hora de sentarse a la mesa.
Encontrarás aquí algunos consejos para que puedas hacer la digestión casi sin notarlo.
No comas de prisa
Parece mentira, pero este es uno de los factores causantes de la obesidad. Comer con prisa y sin disfrutar de cada bocado nos lleva a hacerlo en exceso. Esto es así porque la sensación de saciedad tarda unos 20 minutos en producirse desde que se empieza a comer.
Si para entonces ya lo has hecho en exceso, lo que te espera es una plenitud incómoda. Tómate tu tiempo, saborea, conversa un poco y verás que gozas de tu comida sin molestias posteriores.
Mastica bien y con calma
El acto de masticar es el primer paso en una digestión eficiente y, por ello, sana. No solo trituras los alimentos para que al llegar al estómago se expongan más intensamente a las secreciones, sino que la saliva ya da comienzo al proceso.
Si no lo haces con el cuidado que ello requiere, la digestión será más lenta y difícil, además de que no disfrutarás tanto de la comida.
Bebe suficiente líquido
Esto va indirectamente asociado a las dos condiciones previas. Al hacer pausas frecuentes para beber te detienes y evitas comer demasiado rápido. Por otra parte, el líquido te ayuda a masticar y digerir bien.
Recuerda también que la mejor bebida es el agua sin gas. Otras, con gas o los zumos de fruta, pueden tener más sabor y gustarte más, pero no son lo ideal.
Recuerda siempre la fibra
Esta sustancia presente en alimentos como los vegetales de hoja verde, las legumbres y los cereales y harinas integrales es imprescindible para tu organismo. No solo mejora tus niveles de glucosa y colesterol en sangre, sino que facilita la digestión y el tránsito intestinal.
Además, tener siempre presente la importancia de la ingesta de fibra te ayudará a comer más alimentos frescos como las frutas, que son saludables por su aporte de vitaminas y antioxidantes.
Distribuye las comidas durante el día
Comer dos o tres veces al día, saltarse las comidas y mantener un horario desordenado te lleva a momentos en los que sientes mucha hambre y a comer rápido, cualquier cosa y frecuentemente, cometiendo excesos.
Lo mejor es distribuir la ingesta diaria en tres comidas livianas y dos meriendas, una a media mañana y otra a media tarde. De esta manera nunca te sobrepasarás y tampoco tendrás demasiada hambre.
Limita las grasas al mínimo
Los snacks, las frituras, la repostería con cremas y quesos untables, los embutidos y la comida rápida suelen tener exceso de grasa. Este macronutriente hace lenta la digestión y tardarás mucho en sentirte bien después de ingerirlo en exceso.
Evita los irritantes
Algunos medicamentos, las bebidas con gas, el alcohol, las comidas muy ácidas o especiadas, el tabaco, el café y el picante son capaces de irritar las mucosas del sistema digestivo. Por ello debes tener precaución al consumirlos y hacerlo con mucha moderación o bien evitarlos del todo.
Finaliza de la mejor manera posible
Para terminar la comida, opta por un postre liviano como una fruta madura o un yogur. Puede ser el toque perfecto para lograr que te siente bien y te nutra adecuadamente. Las infusiones, como las que se preparan con manzanilla o menta, son la garantía para una digestión adecuada.
El estado de ánimo
Sentirse en paz y en armonía también ayuda a digerir y a tener una experiencia plena. Evita algunas circunstancias y propicia otras, como te explicamos a continuación.
Otras propuestas que ayudan a mejorar la digestión:
- hacerse un pequeño masaje en el estómago con el plano de la mano funciona muy bien.
- elegir bien las plantas que dan sabor a tus platos como el jengibre, la menta o el tomillo.
- prepararse una temporada de probióticos
- el bicarbonato de sodium es siempre una buena opción
Crea un ambiente muy agradable
Alimentarte bien pasa por ser consciente de la experiencia y degustar los sabores con buen ánimo. No lo hagas frente al ordenador ni en un lugar desagradable o ruidoso. Una bonita mesa, el silencio o una música grata, una buena compañía, un paisaje o unas flores dan el ambiente ideal para comer.
No comas si sientes ansiedad
Útlimo consejo, si te encuentras en un mal momento y se alteró tu estado de ánimo, es mejor que pospongas la comida. El estrés afecta a las secreciones del estómago, al páncreas y al hígado, y además modifica la motilidad del intestino. Cualquier cosa que comas es esas circunstancias te caerá pesada.
Seguir estas sugerencias para mejorar la digestión es importante para tener buena salud. Además, no olvides que comer es un acto placentero, no solo grato para los sentidos sino además para el espíritu. No se trata solo de ingerir, sino de nutrirse, ser consciente y disfrutarlo.