‘amor50’

¿Qué decirle a tu hija cuando se casa?

» ¿Cómo……? ¿Qué te casas? ¿Te lo has pensado bien?»

No pude evitar preguntárselo varias veces y de hacerle mil preguntas cuando mi hija me comentó que se casaría en breve.

«Ama, ¡vale ya!» me respondió. «Sabes que aunque no llevamos mucho tiempo nos apetece dar este paso».

Las preguntas que le lancé sin demasiada mano izquierda desde el otro lado del teléfono le debieron de sonar a reproche más que alegría.

Y si, estaba contenta por el anuncio del compromiso pero también abrumada. No esperaba que una noticia de este tipo se me diera tan pronto en la vida y, de repente, me pareció que venían sobre mí años encima.

No supe que decirle y decidí dar por concluida la conversación. En ocasiones no me salen las palabras. El tono del dialogo invitaba más a una huida por su parte que a un acercamiento.

Le escribiría una carta, pensé, pero lo haría después de tomar un café. Curiosamente en momentos como éste me relaja más que una tila.

De esta forma, con la taza en el lado izquierdo de la mesa, comencé a escribir en una hoja en blanco todo aquello que no había sido capaz de expresarle.

Hola Cuchicuchi: (término familiar que utilizamos con ella)

Te escribo esta carta después de haberme dado la noticia de tu compromiso. Disculpa si he sido algo seca en mi tono de voz pero la sorpresa por la novedad me ha hecho de repente cambiar mi  semblante relajado por una halo de preocupación.

Lo que debería ser una buena noticia, la de iniciar juntos una vida, hace que como madre me embargue un sentimiento de preocupación unido al de euforia.

No hay motivo para el primero, pero el miedo a que algo cambie después de dar ese paso ha asomado por mi cabeza.

Enseguida se me ha ido del pensamiento, la verdad. Me he dado cuenta de que el matrimonio es emprendimiento y que solo es para los valientes y tú lo eres.

Si el proyecto en el que te vas a embarcar chuta, fenomenal; pero sino es así no hay porque seguir invirtiendo ni dinero, ni tiempo. Y si llegara ese momento, hacer un balance para ver si compensa es necesario. Las decisiones en la vida valen mientras nos hacen dichosos, sino no hay porque seguir.

Me dirás, Cuchicuchi porque te digo estas palabras. Cualquiera diría que pienso que estás en un error. Para nada, no dudo de tus decisiones. Creo que si ya eres feliz sola, juntos aún más felices. No soy amiga de recomendaciones ni de consejos aunque no haya parado de dártelos. Pero quiero decirte que en el matrimonio hay que sumar, nunca restar. Y aunque, como en los negocios, hay momentos que los beneficios son cero y en otros superávit, encontrar el equilibrio es fundamental.

Como decía Rosa Montero: «¡Que cada uno debe llegar a su punto de equilibrio entre la tenacidad y el número de sapos que esta dispuesto a engullir!»

Por eso te animo a que desde la madurez que te caracteriza des el paso que te haga más feliz, teniendo el cuenta que en el camino nunca dejes de lado tus ilusiones, esas que siempre te hicieron vivir con pasión la vida; sino que las alimentes y compartas con la persona que quieres y de la que estás enamorada.

Un beso y Buen viaje.

La ama.

Escrito por Àsun Moreno Fidalgo

Asun Moreno Fidalgo

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