«Persona altamente sensible» es un término que hemos podido empezar a oír hace relativamente poco tiempo. Aunque probablemente estas personas han existido desde siempre, es en los años 90 cuando los psicólogos Elaine y Arthur Aron descubrieron un rasgo neuropsicológico que llamaron «Sensibilidad de procesamiento sensorial«.
Las personas que poseen este rasgo, en mayor o menor medida, tienen algunas características de personalidad comunes que se asocian a lo que llamamos «persona altamente sensible», o con su acrónimo «PAS«.
¿Cómo puedo saber si soy una persona altamente sensible?
Percibo cosas que a los demás les pasan desapercibidas.
Pueden ser sutilezas, o cosas a las que las demás personas no prestan atención o no dan importancia. Para las personas altamente sensibles todos los estímulos tienen más relevancia. Esto puede llevar, en ocasiones, a situaciones en que las personas a su alrededor no terminan de comprender el comportamiento o las reacciones de las PAS.
Si, en diferentes ocasiones, has sentido que las personas a tu alrededor no son capaces de percibir las cosas que tú percibes, antes de achacarlo a que tengas un problema, puedes plantearte que, quizá, tengas una alta sensibilidad.
Me emociono con facilidad
La sensibilidad de procesamiento sensorial no es sólo una mayor capacidad de percibir lo que ocurre alrededor, sino que también supone una mayor sensibilidad emocional. Esto se debe a que las personas con alta sensibilidad de procesamiento tienen una capacidad empática muy desarrollada.
Al fin y al cabo, la empatía consiste en percibir y procesar la información que tenemos de los demás. La vida emocional es intensa, y esto, muchas veces, es algo que los demás pueden no comprender.
Noto cualquier cambio a mi alrededor
Las personas altamente sensibles también tienen la capacidad de percibir cuando se producen cambios en el entorno más próximo. Desde cambios de la disposición de los objetos, a cambios de temperatura. También los cambios en el estado emocional de las personas.
Si, con frecuencia, eres capaz de saber qué es lo que hay que cambiar en un sitio para que alguna persona concreta, o la gente en general esté más a gusto en un espacio concreto, probablemente seas una persona altamente sensible.
Me saturo con facilidad
Al menos, con más facilidad que la mayor parte de la gente. Las personas altamente sensibles tienden a evitar las situaciones en las que hay mucha luz, mucho ruido, mucha gente y/o muchos estímulos porque, en general, se convierten en situaciones desagradables. Por esto a veces pueden ser catalogadas como «personas solitarias», pero nada más lejos de la realidad.
También son personas que se saturan fácilmente cuando sienten que se les exige mucho, que se acumulan tareas pendientes, o que son evaluadas por los demás. Si necesitas tiempo para procesar lo que te va pasando, momentos de introspección, es probable también que seas una persona altamente sensible.
Soy una persona altamente sensible ¿Y esto es bueno?
La alta sensibilidad es un rasgo, por lo tanto, no es ni buena ni mala por sí misma. Con esto queremos decir que, aunque tenga ventajas e inconvenientes, se puede sacar partido de ella.
En primer lugar, lo más importante es que te valores como eres independientemente del juicio que puedan tener los demás sobre tu comportamiento. Tú sabes que las cosas que haces tienen un sentido, y si alguien no lo entiende, realmente es un problema de esa persona. Esto ya lo decía el filósofo Epicteto en su Enchiridion entre los siglos I y II d. C.
Disfruta desde las emociones. Las emociones a veces son dolorosas para las personas altamente sensibles, pero es una verdadera bendición vivir las relaciones, el amor, el arte y la belleza desde esa sensibilidad.
¡Disfruta de tu mundo interior. Si te permites estar en soledad y cultivas ese mundo, verás que tu propia compañía merece mucho la pena!
Si el tema de las personas altamente sensibles te interesa te recomendamos escuchar este post de Marian Rojas Estapé:
y leer el libro El don de la sensibilidad:
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