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¿Para que sirven los probióticos? Te damos la información más completa

¿Para que sirven los probióticos? Es una pregunta que se hacen habitualmente muchos de los que han oído hablar de ellos. A casi todos ellos les suena que son beneficiosos, pero la mayoría no sabría decir por qué. Incluso nos hemos encontrado con un importante desconocimiento general acerca de ellos. Por no hablar de su confusión con otros conceptos relacionados, tales como los prebióticos. Hay quienes, equivocadamente, los consideran sinónimos.

Vale la pena aclarar todas estas dudas. De hecho, hacerlo puede contribuir a que puedas aprovechar las propiedades de los probióticos en beneficio de tu salud.

A continuación, te contamos las informaciones más relevantes acerca de este concepto. Toma nota de ellas.

¿Qué son los probióticos?

En primer lugar, creemos que resulta fundamental aportar una definición del término probiótico. Se trata, a grandes rasgos, de unas bacterias vivas, las cuales residen en nuestro organismo. Además, conviven con otro tipo de microorganismos.

Aunque el concepto bacteria te haya sonado tradicionalmente de una manera negativa, ahora vas a descubrir que sus efectos no tienen por qué resultar perjudiciales. En nuestro cuerpo pueden ser encontradas alrededor de dos mil clases de bacterias. Entre ellas, solo podríamos considerar que ejerce unas funciones negativas un centenar.

Sin embargo, se producen frecuentemente en nuestro organismo episodios que contribuyen a la alteración de los estados habituales o deseables de estos microbios. Estos trastornos, por otro lado, son los que generan desproporciones entre las cantidades comunes de bacterias positivas y negativas.

En las siguientes líneas te explicamos la naturaleza de estos problemas y cómo pueden ser tratados. Toma nota.

Las circunstancias del hábitat de estas bacterias

La convivencia de las bacterias que te hemos presentado se da básicamente en las mucosas y los tejidos de nuestro organismo. Aunque hay algunas zonas en las que se encuentran más presentes que en otras. La acumulación de las bacterias en este hábitat natural para ellas recibe el nombre de microbiota.

Y esta microbiota tiene sus particulares reglas de funcionamiento. Si se alteran, como vas a poder comprobar, es la salud personal la que va a acabar por sufrir las consecuencias. Ya te hemos dicho que se encuentra sobre todo en las paredes orgánicas, pero hay dos localizaciones que destacan por encima de las demás.

Por una parte, la zona vaginal. Pero en especial se da una gran concentración bacteriana en el aparato digestivo, es decir, en los intestinos grueso y delgado. No en vano, nos estamos refiriendo indiscutiblemente al órgano más largo de nuestro cuerpo.

En esta última área de nuestro cuerpo pueden llegar a convivir trillones de bacterias (ni más ni menos que el 95 % de toda la población corporal). Y, en este sentido, te va a resultar de interés que estas no solo pueden encontrarse en el cuerpo humano, sino que también pueden ser introducidas en él desde fuera.

La inducción de los efectos de estos probióticos tiene las finalidades de estabilizar las proporciones bacterianas en nuestro cuerpo y ocasionar mejorías en el estado de salud general. De hecho, hay quienes consideran que la microbiota vendría a ser algo así como un órgano invisible muy relacionado con nuestro bienestar general.

Los inconvenientes para tu salud en los que influyen los probióticos

Ya te hemos introducido la influencia de los probióticos en la salud general, pero ahora es preciso comentar de qué forma concreta inciden positivamente en ella.

En este sentido, lo primero que tenemos que recordarte es que hay una serie de factores que afectan en la composición y el funcionamiento de la flora bacteriana. En el intestino se van a poder dar trastornos digestivos, mientras que en la vagina se pueden producir infecciones. Por ejemplo, de hongos.

– La edad, conforme va avanzando, es una variable que tiene que ver con que exista una microbiota menos compleja. Por lo tanto, está más expuesta a las colonizaciones por parte de las bacterias más perjudiciales.

– La dieta es un hábito que, si no se cuida correctamente, va a desembocar en disfunciones intestinales. Si no comemos de una forma equilibrada, se van a producir digestiones pesadas. Y estas tienen consecuencias negativas en la flora intestinal.

– Los medicamentos, por otro lado, si bien contribuyen a la curación de ciertas dolencias, también provocan alteraciones en la microbiota que van a tener que ser compensadas a posteriori. Sobre todo los antibióticos.

– Por lo que respecta al ejercicio físico, recuerda que es saludable para el organismo. Pero, si resulta demasiado exigente o se prolonga demasiado tiempo, puede ocasionar trastornos en la composición microbiana de nuestro cuerpo.

– Por último, has de tener en cuenta que la contaminación ambiental también altera funciones metabólicas presentes en las bacterias gastrointestinales, ya que las sustancias químicas les afectan perjudicialmente.

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¿Cómo puedes tomar los probióticos?

Hemos reservado un apartado para explicarte que tienes distintas opciones para aportar a tu organismo los probióticos que pueden servir para estabilizar tu flora intestinal.

En primer lugar, puedes tomarlos mediante una especie de complementos alimenticios. Sus formatos son similares a los de la suplementación deportiva. Se toman en una ligera solución acuosa y te recomendamos que lo hagas después de comer.

Si lo haces así, van a ser aprovechadas convenientemente estas bacterias, puesto que el arrastre que provoca el tránsito de la comida durante el proceso de digestión va a favorecer que estos microorganismos lleguen vivos al intestino. En estas condiciones es como más efectivos van a ser.

Por otro lado, te aconsejamos que, siempre que vayas a tomar estos suplementos de probióticos, lo hagas bien asesorado por un médico especialista en los procesos digestivos. Acuérdate de que cada tipo de probiótico tiene unas funciones diferentes. Los más relevantes, por citar dos ejemplos, son las bifidobacterias y los lactobacilos.

Pero también hay una serie de alimentos que podemos llamar probióticos, que son los que contienen estas bacterias en buenas proporciones. El más destacado es el yogur natural (sin azúcar añadido), aunque también puedes encontrar estos microorganismos, en menores proporciones, dentro de los yogures de sabores.

Otros alimentos en los que están presentes los probióticos son, por ejemplo, el kéfir, la leche fermentada. el kimchi, el chucrut, también el tempeh, el nato y el miso que son derivados del soja.

Por otro lado, no has de confundir los probióticos con los prebióticos. Los segundos son unas fibras que van a valer como nutrición para los probióticos, así que vienen bien para su proliferación. Los puedes disfrutar consumiendo, entre otros, los siguientes alimentos: ajos, cebollas, plátanos verdes y avena.

Los alimentos simbióticos son los que contienen tanto probióticos como prebióticos, por lo que su consumo favorece el desarrollo de las principales funciones bacterianas positivas para nuestro organismo.

¿Cómo pueden los probióticos contribuir a mejorar tu salud?

Una vez te hemos explicado, a grandes rasgos, cuáles son los factores que están detrás del deterioro de la microbiota, vamos a analizar de qué manera puedes conseguir revertir estos procesos.

Aunque nuestro organismo genera mecanismos de mantenimiento y renovación de la flora bacteriana, en ocasiones puede ser necesario darle, en este aspecto, un plus. Esta ayuda es oportuna cuando hayamos detectado diversas dolencias intestinales y digestivas (acidez, reflujos, estreñimiento, diarrea, empacho, etc.) o infecciosas (como la candidiasis vaginal).

Entre los beneficios para nuestro cuerpo de tomar probióticos, destacamos los siguientes:

– Prevención de las enfermedades del intestino (Crohn, irritaciones e inflamaciones, colitis, etc.) y lucha contra sus efectos.

– Menor incidencia de enfermedades como el cáncer, las infecciones urinarias, las hemorroides y la candidiasis.

– Disminución de la acidez y mejoría de los procesos digestivos.

– Regulación del tránsito intestinal, lo que supone una prevención de los episodios de diarrea y estreñimiento.

– Mayor absorción de micronutrientes minerales (hierro, calcio, etc.) y vitaminas como la B.

– El incremento de las células llamadas macrófagos supone un fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que potencia nuestras defensas frente a las enfermedades recurrentes.

– Reducción de las bacterias perjudiciales que colonicen los intestinos.

– Contribución a la digestión de la lactosa, que es una aportación muy interesante para las personas que son intolerantes a esta sustancia.

– Prevención de los inconvenientes asociados al sobrepeso, tales como la hipertensión o los altos índices de colesterol. De este modo, tienes menos posibilidades de padecer los problemas relacionados con las enfermedades cardiovasculares.

– Ayuda contra las alergias, que también pueden derivarse de intolerencias alimentarias.

Los probióticos sirven también en situaciones complejas

Por ejemplo, cuando vamos a encarar unos ejercicios físicos de alta intensidad, como una competición atlética. O en el supuesto de viajar a países que no destacan por la salubridad de su comida, su bebida y sus condiciones higiénicas generales. Ambos contextos pueden requerir un tratamiento con probióticos con el fin de prepararse para trastornos excepcionales en nuestra microbiota.

Finalmente, queremos resaltar que el buen estado de tu microbiota tiene que ver con el de tu salud general. No en vano, esta flora bacteriana empieza a formarse desde que naces. De hecho, su buen estado va a influir incluso en la respuesta de tu cuerpo frente a las enfermedades autoinmunes.

Esperamos que hayas encontrado en este post toda la información que buscabas sobre los probióticos. Probablemente te interesará leer nuestro post sobre 10 soluciones para mejorar la digestión

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