¿Podemos dejar a nuestros mayores solos en verano sin culparnos?

Quisiera hablaros de cómo intento planificar el verano y para ello necesito que sepáis mis circunstancias personales.

Vivo rodeada de cuatro personas mayores. Pero no os asustéis. Tres de ellas, a las que apodamos “Las Kardashian”, mi suegra y dos hermanas viven juntas y la cuarta, que es mi señora madre, es mi vecina.

Todas maduras y adultas porque no les gusta que les llamen “mayores” y a mi tampoco.

Son relativamente autónomas pero necesitan una ayuda y una supervisión.

Aunque ellas, lo que sobretodo reclaman, son mimos y cada vez en más cantidad. Como buenas “Kardashian” les gustaría tener siempre la manada a su alrededor. Siempre les parece poco todo el tiempo que pasamos con ellas.

Durante la época de septiembre a junio la vida es más rutinaria pero cuando llega el verano la dinámica diaria se ve alterada por las vacaciones. Y es aquí donde quería llegar.

No es fácil plantear unos días y menos unas semanas de descanso con cuatro personas así pero es tan necesario como respirar. El cuidado de los mayores es un apartado en nuestras vidas que afortunadamente a nuestra edad “Babu” hay que contar con ello.

Durante la época estival todo se modifica.

Las vacaciones tienen como objetivo descansar y reponer fuerzas para volver afrontar la rutina durante el año con energías renovadas.

Pero no siempre es fácil. En numerosas ocasiones no conseguimos desconectar del todo durante nuestro descanso.

El viaje se llena de maletas que no deberíamos haber llenado tanto. Pesan mucho y no podemos cargarlas.

Y en la distancia no dejamos de pensar en como estará la cuadrilla de octogenarios que hemos dejado atando miles de cabos. Y en ocasiones el pensamiento nos nubla dejándonos un gran halo de preocupación.

Busco en el diccionario el verbo sobreponerse y encuentro esta definición: «Superar un problema o una situación difícil  o no dejarse abatir por un estado de ánimo». Y es en esta palabra donde encuentro la clave para emprender y entender mis decisiones.

Los acontecimientos no son siempre los más favorecedores para hacer planes y encajar el puzzle. Desconectar durante un fin de semana se hace duro y complejo.

Disfrutar cuando algún miembro en la familia están en una situación complicada nos llena de culpa y abortamos planes porque no nos creemos merecedores de tal placer.

Son estas circunstancias las que nos obligan con más necesidad a recargar fuerzas para que de este modo no nos agotemos en sus cuidados durante el resto del año.

Tomar un respiro sin sentimiento del culpa hace que disfrutemos más del descanso y al volver nuestros mayores gocen de nuestra mejor sonrisa.

Si nosotros estamos bien la calidad de las atenciones y el tiempo que les dediquemos mejorará enormemente.

Y vosotros ¿qué planes tenéis?

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Escrito por Àsun Moreno Fidalgo

Asun Moreno Fidalgo

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