Escrito por Àsun Moreno Fidalgo
El número de parados de este mes no ha salido todavía pero cuando se haga público, puedo a uno de ellos ponerle cara. Ese es mi primo Rafa, tutor de mi hija en Madrid, que en breve se quedará sin ocupación después de estar durante unos 15 años trabajando en la misma empresa.
La noticia llega de manera inesperada. No pensaba que algo así pudiera suceder. El negocio a pesar de ir bien presenta problemas internos que en su resolución pasa por un cese de la actividad. Con lo cual después de tantos tiempo ejerciendo la misma rutina, se ve en la calle.
Analizando la situación a nivel económico en el mejor de los casos recibirá una indemnización que me atrevo a decir que será ridícula y cobrará el paro durante un tiempo. Al no tener cargas familiares, ni hipoteca todos los meses la nueva situación puede ser más fácil de llevar.
A nivel personal quedarse sin trabajo en cualquier etapa de la vida es una faena y a los 50, a pesar de la experiencia y los conocimientos adquiridos por el paso del tiempo, se puede convertir en un hándicap.
La nueva situación te obliga a tener que mover ficha en tu hábitos y rutinas cotidianas. Y todo ello de una manera rápida. Tus jornadas diarias tienen otro ritmo y otro contenido.
Y es aquí donde quería llegar.
¿qué hacemos ahora cuando tiene todas las horas de una jornada laboral a tu disposición?
Muchas veces nos respondemos a esta pregunta pero desde nuestra jornada laboral anhelando todo lo que haríamos si llegara el momento. Pero cuando nos convertimos en protagonistas nos pilla desprevenidos.
Dar una respuesta y de forma rápida no es fácil. El bloqueo en el que nos encontramos ante la nueva situación, la reducción en el salario y otros factores dejan un panorama algo reducido en cuanto opciones. Pero no desesperemos.
A mí, que últimamente me ha dado por ejercer la positividad, encuentro que estos vaivenes de la vida son oportunidades y que estos cortes e imprevistos tan bruscos, seguro, pero de verdad, seguro, que esconden otros mundos interesantísimos.
Mi primo, una persona, inteligente , rápida, culta , dispuesta y con un sentido del humor increíble, algo que siempre le ha ayudado a sobrellevar las adversidades, se encuentra ahora intentando resolver, cómo gestionar su nueva situación.
Aunque no soy nadie para dar consejos hoy voy a ser osada y voy atreverme a lanzar a algunos.
– Parar un poco y no tener prisa por resolver ni gestionar la nueva vida.
La impaciencia no es buena amiga en la toma de decisiones y permitirse una temporada para tomar las riendas de esta nueva situación me parece de obligado cumplimiento.
– Caminar es una ejercicio de bajo coste que ayuda a sentirnos mejor anímicamente. Es una práctica en la que se libera mucho stress y él lleva mucho acumulado.
– Coger un papel en blanco y poner todo aquello que te gustaría hacer y que por falta de tiempo no has hecho:
Escribir, leer, pintar, arreglar armarios, aprender idiomas, estar más tiempo con la familia, fotografiar, bricolaje, redecorar la casa, hacer deporte…..
Un montón de nuevas rutinas que te ayudaran a llenar de cosas bonitas tus horas. La vida nos coloca en situaciones que no esperamos trastocándonos muy bruscamente. Pero son oportunidades que nos brinda con el objetivo de mejorarla.
Si, lo sé. Cualquiera que me lea puede decir que estoy loca pero sigo creyendo en el aspecto positivo de los vaivenes de la existencia y que seguro que mi primo tendrá un futuro aún mejor que el que tenía. No tengo ninguna duda.
Una persona tan creativa y con tanto talento escondido ya es hora de que se haga visible. Le toca a el coger las riendas de su nueva etapa algo que seguro le traerá grandes y maravillosas cosas. Estamos todos en la familia convencidos!!!!
Con este testimonio personalizado quiere hacer visible el número de desempleados en nuestro país y que en cualquier caso tenemos que estar preparados a los cambios.
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