La dificultad de elegir una profesión

Tengo ya 50 años y lo cierto es que hace ya mucho que acabé mis estudios. Antes y también ahora soy partidaria de estudiar aquello que crees que te gusta y que tiene que ver mucho con lo que tienes destreza. Ambas cosas pueden estar hasta relacionadas.

Algunos de los compañeros de mi época de instituto se decantaron por estudios que les gustaba y otros por aquello que les pudo parecer interesante.

Después de casi 30 años de tener que tomar esta decisión muchos nos ganamos la vida en campos que nada o poco tienen que ver con las carreras universitarias que comenzamos habiendo tenido que ganarnos el sustento en otro tipo de campos muy diferentes.

Las personas que fueron mis compañeros de colegio, algunos están ejerciendo la abogacía detrás de un mostrador en unos grande almacenes, otros el magisterio como cuidadoras en un comedor escolar, psicólogas que han montado su propio despacho después de ejercer encaje de bolillos con becas que no daban para nada. Opositoras que siempre serán eventuales en la sanidad pública.

Médicos que ejercen la medicina y economistas que debido a la crisis son autónomos en una sociedad donde las ayudas al emprendedor son escasas.

Observando toda esta realidad no seré yo quien juzgue como cada uno vive. Porque se vive muchas veces como se puede empujados por las circunstancias.

La recomendación que siempre he dado a mis hijos, que tal vez fue la que me dieron mis padres es que estudien aquello que les guste, que persigan su vocación a pesar de que aparentemente no sea fácil ganarse la vida en ello.

Hay que estudiar por el placer de aprender porque incluso eligiendo aquello que nos atrae, encontramos muchas asignaturas que son duras, aburridas y que te hacen quedarte en el camino de lo elegido con cierta vocación siendo ese mi caso.

Sigo apostando por la vocación, por los sueños, por los deseos en los que invertir el tiempo y el dinero de nuestros padres o tutores. Donde nos ganemos la vida es otra cosa que vamos eligiendo a medida que vamos creciendo.

Pero algo que sigo teniendo claro tanto para mi familia como para mi es que no dejen de aspirar deseos, a aquello que le emocione, le hace feliz y que sigan creyendo en ellos. Es la única forma de encontrar sentido a tu día a día. Y aunque en ocasiones haya que hacer trabajos que nada tienen que ver con tus deseos son el trampolín para cumplirlos.

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Escrito por Asún Moreno Fidalgo del blog: Myladycumple50.com

Asun Moreno Fidalgo

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