‘amor50’

I don’t speak English. Yo no hablo inglés

Escrito por Àsun Moreno Fidalgo

Harta ya de no poder expresarme en inglés y «looking» que cada vez más era «very necessary» me lancé a la «swimming pool». Un día en «» me informé en la academia donde mis «children» habían pasado sus «summers» reforzando el idioma y sin pensar empecé en «. De eso hace ya «four years».

«Some days» antes de empezar, «I thought» donde me había metido. Pero ya no podía hacer «nothing». Imaginaba como serían mis «classmates» y tenía varias  posibilidades. Una que fueran niños en «primary school»  que como yo no tuvieran ni idea. Y la otra, quizás fueran personas de más de 50 «yeras» que se encontraran en mi «same situation».

Y llegó el primer day …….. Surprise!!!!!  Había otro babú en clase.

Otro loco de la vida que estaba cansado de no poder entender nada cuando viajaba.

Su nombre era Javier y desde que era joven tenía la ilusión por ir a New York y aprender inglés. Durante tres meses, él y yo solos en clase.

Después de las Navidades se unió Lucia. Otra babú. Necesitaba hacer algo diferente para escapar de una vorágine que le asfixiaba y pensó en aprender este lengua que siempre le atrajo. Así fueron pasando los meses y la experiencia de esta primera etapa no pudo ser mejor.

El segundo año se nos unió Carmen. Su constancia y sus ganas de aprender son brutales. Con ella ya somos tres babús. Durante todo este tiempo, muchos chicos jóvenes nos han acompañado pero solo nosotros seguimos y aún no hemos tirado la toalla.

Son muchas las anécdotas y manías que tenemos quizás propias de la edad. Una de ellas es que siempre nos sentamos en la misma silla. Alguna vez, un alumno nuevo la ha ocupado e  inmediatamente se ha levantado cuando hemos llegado.

Contaros que nos hemos dado cuenta que hay una silla maldita. Aquel que en su primer día se sienta allí, no acaba en junio las clases. Y os juro que es verdad.

Nuestra profesora se llama Ana y es de Ciudad Real (Royal City) que está en la Mancha Manchega. Nunca nos ha contado la razón por la que está en el País Vasco pero creo que no solo por trabajo sino también por amor. Tiene  mucha paciencia con nosotros, hemos aprendido mucho con ella y esperamos hacerlo muchos años más.

Ahora que hemos dado este gran paso y de esto ya hace un tiempo, no vamos a dejarlo. Aunque en ocasiones, tenemos la sensación de que no avanzamos y en otras de que sabemos un montón.

Cada uno de nosotros  tenemos nuestros trabajos y quehaceres familiares y esto hace que nuestro ritmo no sea el de la gente joven. Pero somos cabezones y seguimos. Hemos aprendido mucho, mucho, mucho.

Y sobretodo hemos hecho amigos que es lo más importante. Lo mejor. Cada vez que nos vamos de vacaciones: Navidad, Semana Santa, fin de curso preparamos una merienda. Y con el vino y los víveres el idioma fluye sin parar.

Os recomiendo esta experiencia. Aún me queda mucho por aprender, pero estoy muy feliz de haber sido capaz de hacer una llamada telefónica pidiendo información.

«It´s never too late!» ¡Nunca es tarde!

Posdata: «NO support the people» que saben cuatro palabras en inglés y las meten allí «where» pueden y sin venir a cuento.

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