Confeccionar un árbol genealógico te ayudará a saber quién eres y de dónde provienes, además dejarás así a tus sucesores una herramienta genial para que conozcan a sus antepasados y sigan rellenando ese árbol de la vida.
Simbolizar la historia familiar en un árbol ejemplifica perfectamente el devenir de la vida: un ser que se desarrolla con raíz y tronco (se corresponde con la generación primera), que va evolucionando de forma plausible por sus ramas, de las que emanan otras ramas (segunda progenie y sucesivas) y que contiene una esencia común que alimenta todo: el código genético.
Así pues, se hace muy importante conocer cuáles son tus raíces, de dónde vienes y cuál es el legado que vas dejando.
¿De dónde vengo?
Hace un año y medio que me detectaron enfermedad de Crohn, una enfermedad autoinmune de carácter intestinal y articular con un alto factor hereditario.
En mi familia cercana (padres, tíos y abuelos) no había constancia de esta enfermedad en ninguno de ellos, pero los médicos sugirieron que podía estar en el código genético ascendente de generaciones pasadas.
Ahí fue cuando empecé a plantearme la elaboración de un árbol genealógico y así poder conocer los antecedentes de la enfermedad presentes en la familia.
Me senté ante un papel y comencé a escribir todo aquello que mi mente alcanzaba a recordar sobre mi ascendencia, como primera toma de contacto. Investigué un poco y me di cuenta de que hay varios tipos de árbol genealógico.
Aquellos que solo registran el nombre de los familiares, los que registran nombres y fechas de nacimiento, los que además de esto reflejan la profesión y también los que registran las enfermedades que padecieron o la causa de fallecimiento.
Cómo buscar la información para rellenar tu árbol
Entendí que conseguir la información es un trabajo de investigación arduo y establecí los pasos que debería seguir para llegar hasta mis orígenes más remotos. Así pues, empecé a escribir sobre mi familia más cercana: mi hermana, mis padres, mis cuatro abuelos y mis tíos y primos, dejando constancia tanto de los datos certeros como de aquellos que tenía algo dudosos (marcados estos con un interrogante pendiente de su corroboración).
La siguiente fase se corresponde con la entrevista a los familiares para que estos corroboren, corrijan o añadan información al árbol genealógico. Me senté al lado de mi madre, que me contó sobre sus abuelos (mis bisabuelos), e hice lo mismo con mi padre, aunque él se acordaba menos, así que tuve que hablar con mi padrino, que fue el que más información me aportó.
El me aportó una serie de documentos que me resultaron interesantes, como partidas de nacimiento, fotografías, pasaportes, algunos libros de familia antiguos, esquelas, algunos historiales médicos y dos testamentos.
Consideré oportuno, además de ir apuntando en un papel las personas y datos relevantes para la confección del árbol de la vida familiar, grabar con la grabadora del móvil todas aquellas historias e informaciones que me contó sobre mis abuelos, tanto maternos como paternos, sobre nuestros antepasados; así podía hacer algo mucho más elaborado.
El siguiente paso a seguir, una vez recabada cierta información, es consultar todos aquellos documentos públicos que puedan ser de interés para la investigación familiar.
Acudí al Registro Civil, que tiene constancia a partir de 1871, a los libros parroquiales, que los hay a partir de 1950, y a los Archivos Históricos Provinciales. Así pues, tras algunas semanas de intensa investigación, ya contaba con todo el material suficiente para realizar mi árbol genealógico. ¡Feliz!
¿Como hacer un árbol genealógico?
Ya contaba con todos los datos que pude alcanzar a recolectar y corroborar y he descubierto cosas bastante interesantes acerca del origen de mi familia. Con las anotaciones que tenía (nombres, fechas, profesión y causa de fallecimiento) decidí ponerme manos a la obra y empezar la tarea quizás más difícil: ordenar los datos.
Ordenar los datos
Es una labor fundamental para la realización del árbol genealógico, pues si se hizo bien la investigación existirán muchos datos y anotaciones. Además, hay que tener en cuenta que hablamos de generaciones pasadas donde lo normal era tener familia numerosa (mi abuela tuvo 12 hijos…) y también las uniones entre primos hermanos, algo que puede llegar a ser bastante lioso.
establecer un código
Ahora os daré un truco muy práctico: una vez que los datos están ordenados, es necesario establecer un código que se añada al árbol genealógico. Este código servirá para identificar algunos datos que no se colocarán descriptivamente en el árbol genealógico en sí, pero sí en una leyenda para consultar o en el reverso del mismo.
Estos códigos pueden elegirse a libre albedrío. En mi caso he querido referenciar las situaciones de esta manera:
– Mujer, círculo; hombre, triángulo.
– Una raya oblicua para identificar una separación (/) y doble raya oblicua para identificar un divorcio (//).
– Los hermanos gemelos con dos rayas en forma de racimo de cereza (/\).
– Los abortos con una raya vertical y dos oblicuas.
– Para los fallecimientos: un asterisco si falleció por enfermedad (*), un «más» si fue por causas naturales (+) y una almohadilla si falleció de manera repentina (#).
– Para los demás datos que no se incluirán en el árbol en sí, sino en el reverso, se colocarán números en tamaño pequeño al lado del nombre de la persona.
Por último, queda plasmar toda la información en forma de árbol.
Con los pies en la tierra se comienza de forma ascendente, colocando primero hermanos y padres. A partir de ahí, abuelos, tíos y primos. Posteriormente, se debe pasar a las generaciones anteriores, bisabuelos, tatarabuelos, etc. hasta rellenar todos los registros familiares que haya.
Si además ya tienes hijos, en ese caso puedes continuar el árbol genealógico de manera descendente.
En mi caso, y tras conocer que se trataba de una familia bastante grande, decidí comprar varias cartulinas grandes para plasmarlo todo como era debido.
No obstante, hay que tener en cuenta que gracias a las tecnologías y programas de nuestros días, en Internet existen varias aplicaciones que son capaces de confeccionar un árbol genealógico (www.myheritage.es) al introducir los datos.
Eso sí, la fase de investigación previa es la misma: evocar tus recuerdos y escribir sobre tus parientes más cercanos, hablar con los familiares de mayor edad y consultar los documentos y registros públicos.
Ahora si que sabes como se hace un árbol genealógico.
¡A por ello!