‘amor50’

La crónica semanal de Asún sobre el post rifirrafe

Quizás debería de ser políticamente correcta a la hora de tratar este tema pero ya sabéis que si algo tiene cumplir esta edad Babú es la falta de filtro para expresar aquello que te corroe por dentro.

 Este domingo de Resurrección en la Catedral de Palma de Mallorca, lugar mágico donde los haya fuimos testigos de un suceso inesperado para el pueblo pero vox populi en la familia de la protagonista. El hecho no es otro que el aparente desaire que la Reina actual le hizo a la Reina Emérita.

La plebe que según el concepto medieval monárquico son los siervos del rey, hemos sido testigo de una de las caras menos amable de lo que es una familia “bien avenida” por mucha corona que lleven en sus cabezas.

 La Reina ha mostrado con el gesto del otro día que en su casa, mejor dicho en su palacio se cuecen habas por mucha sopa de verduras que cenen todas las noches. Vamos que en el rifirrafe de padres, suegros, nietos, cuñados y demás parientes no se libra nadie y menos ellos.

Hasta ahora se han empeñado en vendernos una imagen que es imposible digerir por mucho que lo intenten. La postal ficticia de una familia donde todo es de color de rosa.

Nadie se cree que son una unión perfecta y tampoco hace falta que sea así. Nadie les ha pedido perfección aún sabiendo que deben ser personas ejemplares la imperfección forma parte de la esencia de las personas y es algo maravilloso.

No entiendo porque se empeñan en hacernos creer una  mentira dentro de una instantánea maquillada y edulcorada.

 Letizia que pertenecía al pueblo llano antes de casarse con el príncipe debería saber que la autenticidad es lo que nos hace más creíbles, mas reales y más cercanos.

Esto no quiere decir  que tengáis que hacer ni un Sálvame, ni un Poli Delúxe y echaros los trastos a la cara. Pero tampoco nos hagáis comulgar con ruedas de molino el día que el Señor resucitó porque el atragantamiento es soberano.

Días después queriendo quitar hierro al asunto para hacernos creer que todo es maravilloso la nueva estampa se convierte en una foto que chirria por todos los vértices.

Un decorado impecable, un texto que aún careciendo de diálogo tenía todos los códigos del mundo para que el mensaje de un familia “bien avenida” nos llegase.

Por no hablar del vestuario y del escenario. La entrada de un hospital donde los diferentes protagonistas van y vienen por entregas como si de una serie de “Puente Viejo”. Perdonar pero resultó aún más lamentable.

No olvidemos en esta entrega a los que actores de reparto. La hermana del Rey y sus sobrinos que dicho sea de paso también tienen un pase en este juego de maquillar la realidad pues a decir verdad tienen las mismas miserias que mi vecina del quinto. Un cese temporal de la convivencia y un hijo con un fracaso escolar en toda regla.

No entiendo tampoco porque en el siglo en el que estamos aún se empeñan ciertas instituciones en hacernos creer que todo es de color de rosa.

¿No sería mucho más honrado ser honesto y reconocer que no son perfectos y que las relaciones ni son tan buenas y ni falta que hace?

 Letizia, que a toda costa quiere proteger a sus polluelos, criarlos a su antojo y con un celo una protección desmedida olvida que la naturalidad y la espontaneidad son bienes tan preciados en los niños y en los mayores que les hace más cercano a la gente del pueblo. Aquel para el que reinan.

 Nadie es perfecto pero La Reina y su feudo se empeñan y se empeñan hasta la saciedad en serlo. Perdonad pero cada vez os creemos menos. No nos maquilles lo que no se puede maquillar ni con cubos de corrector.

¿No sería mejor reconocer que sois como el resto de las familias, ni mejor ni peor?

Lo que si habéis demostrado todos es que sois unos actorazos increíbles pero que cuando os bajáis del estrado el maquillaje no os tapa ninguna de vuestras miserias. Realmente vuestra vida es puro teatro pero sois tan malos actores que la escena que montasteis para arreglarlo me llene poco o nada sino todo lo contrario me chirría por los cuatro costados. No es sincera y en el concepto de sinceridad y trasparencia aún os faltan tablas.

Buscaros un coach que os trabaje la autenticidad para que vuestra obra esté en cartel durante muchos años. Solo con sinceridad los grandes llenan aforos.

Puedes leer más artículos de Asún en su blog Mylady cumple 50

Asun Moreno Fidalgo

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