San Valentín después de los 50, puede ser todos los días

San Valentín, después de los 50, hay que tomárselo a lo grande. Igual que los aniversarios; pensar en rojo y pensar a quién va dirigido el regalo. San Valentín a esta edad puede ser todos los días; así que a «las», «los perezosos» que evitar pensar en un regalo, les queda una semana para ponerse a ello. Tiempo de sobra.

Seguramente los que reniegan del santo lo hacen del día de la madre, el padre, los aniversarios de boda y hasta de la Navidad; y no existe nada mejor que alguien marque un día para celebrar algo; lo que sea.

San Valentín a mi me gusta, es la señal que se acerca la primavera.

Además celebrar el amor siempre es bueno y el rojo ¿qué me decís del rojo? el color de la energía, la vitalidad, la pasión, el coraje… atributos que van disminuyendo conforme pasan los años.

Regalar es mi verbo preferido, yo no paro de regalar; sin embargo soy difícil para que me regalen; así que la lista de regalos esta vez es para mí, o para los que se dedican a pensar regalos para los demás con acierto y se quedan mirando al cielo cuando reciben el suyo preguntándose: «¿Por qué no le habré hecho una lista?»

En mi caso, mejor sin forma de corazón, pero el color rojo es importante en todas sus derivaciones hasta llegar al rosa, que huela bien, que sea de mi talla, que pueda descambiarlo con tiempo, que sea simple y no demasiado caro, que no lo tenga.

Un regalo acompañarlo de una nota escrita.

Algo corto pero que llegue al corazón es dar en la diana. Entregarlo en mano, no enviarlo por mensajero ni dejarlo en la mesa del desayuno; a mi me gusta ver cómo se sonríe al abrir un regalo.

Bien envuelto, ahora el «packaging» es el 50% del éxito de un regalo y siempre, siempre, si se puede con un beso y un te quiero en voz alta.

San Valentín después de los 50 debe celebrarse más que nunca, ahí van unas cuantas ideas por menos de 100€. Venga … celebra San Valentín.

Delia Rubio