por Javier Aguado
He coincidido de forma simultánea viendo estas dos obras, espléndidas obras de teatro ,que aparentemente no tienen ninguna similitud. Tristana, una novela adaptada al teatro de Pérez Galdós, publicada a finales del siglo XIX, la historia de una heroína feminista de la época y Panorama desde el puente, de Arthur Miller, la realidad de una emigración ilegal en los Estados Unidos, después de la segunda guerra mundial. Pero en una y en otra subyace una historia de amor que termina en tragedia. Las dos terminan su representación el próximo día 26 de febrero. Hasta entonces tienen tiempo.
LUCHA POR LA INDEPENDENCIA DE LA MUJER
“Quiero ser algo en el mundo, cultivar un arte, vivir de mi misma. Quiero tener una profesión”. Es la voz de Tristana, la mujer que, dibujada por la pluma de Pérez Galdós, se convierte en todo un icono de la lucha feminista y en un azote para la moral convencional de generaciones venideras.
La Tristana vuelve a subirse al escenario, en esta ocasión en el Teatro Fernán Gómez, en una versión que firma Eduardo Galán, dirige Alberto Castrillo-Ferrer y protagonizan Olivia Molina, Pere Ponce, María Pujalte y Alejandro Aristegui.
Huérfana a los 21 años y sin muchas posibilidades económicas, Tristana (Olivia Molina) es acogida en casa de don Lope (interpretado por Pere Ponce), un amigo de la familia que, 37 años mayor que ella, aprovechará su posición de tutor para seducirla y convertirla en su amante. Don Lope siembra en Tristana la semilla de la independencia en un terreno fértil, por la juventud y su carácter, pero esas ideas se vuelven en su contra cuando su protegida conoce a un joven pintor del que se enamora, alejándola de su control.
Toda una función precursora en las reivindicaciones femeninas y feministas, centrado en un triángulo amoroso, que nos habla de libertad y valentía.
Tristana sueña con estudiar, trabajar, ser libre en un mundo dominado por los hombres. Se une así a la explosión de protagonistas femeninas que a finales del siglo XIX claman por la independencia de la mujer. Galdós funde en el personaje de Tristana sus experiencias amorosas que nunca salieron a la luz.
Galdós era un solterón que creía en el amor libre, como Lope, cuyas ideas inculca a Tristana. Olivia Molina salva el papel con mucha dignidad igual que Pere Ponce en el de don Lope, lástima que uno sin querer piense en aquella Tristana de Buñuel con una Catherine Deneuve y Fernando Rey en aquel Toledo que ya ha pasado a la historia de nuestra cinematografía.
REFLEXIÓN SOBRE LA INMIGRACIÓN
La Sala Verde de los Teatros Canal acoge hasta el próximo día 26 Panorama desde el puente de Arthur Miller, obra por la que recibió su segundo premio Pulitzer; el primero lo había ganado con Muerte de un viajante. Eduard Fernández, más habitual en el mundo del cine, vuelve al teatro con esta magnífica obra de uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. En este reparto intervienen también Jordi Martínez, Mercé Pons, Marina Salas, Marcel Borrás, Pep Ambrós, Rafa Cruz y Sergi Vallés.
Todos ellos están dirigidos por el actor y director francés Georges Lavaudant, quien ha dirigido los principales teatros franceses y sus montajes se han podido ver en todo el mundo.
Eddie Carbone (interpretado por Eduard Fernández) un honrado trabajador de origen italiano, vive obcecado por la pasión devastadora que siente por su sobrina, a la que adoptaron él y su esposa cuando la chica queda huérfana. Una situación insostenible que le superará, le llevará a traicionar a su familia y a romper la ley del silencio establecida entre los trabajadores, mayoritariamente emigrantes del puerto de Nueva York.
El vive una vida tranquila, pero dos acontecimientos inconexos precipitaron la fatalidad. Su sobrina encuentra trabajo y se quiere emancipar, y por otro, dos primos llegan de Italia para alojarse en su casa, y uno de ellos es joven y bello. Se activa entonces un mecanismo que nadie podrá parar.
