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“Intimidad”de Renoir, una exposición imprescindible

 

Escrito por Javier Aguado

La afluencia de público es, sin duda, el termómetro del éxito de las exposiciones. Cuando te acercas al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid ves mucha gente a la entrada, tienes que esperar hora. La incomodidad de esas muestras que atraen y que nadie quiere quedarse sin ver. Y es que el impresionismo, Renoir sobretodo, y con ese acertado título de “Intimidad”, el éxito está asegurado.

La pintura de Renoir es un auténtico goce para los sentidos, como ha señalado Guillermo Solana, comisario de esta exposición. Si para otros representantes del impresionismo hay un componente de distancia muy significativo, en Renoir hay una búsqueda premeditada de la cercanía, una preocupación por la relación que se crea entre el cuadro y el espectador.

Retrato de la mujer de Monet.1872-1874
Retrato de la mujer de Monet.1872-1874

La exposición presenta un  recorrido por las distintas etapas del pintor, en torno a seis apartados. Impresionismo: lo público y lo privado, en el que muestra una variedad de recursos y de diferentes pinceladas, destacando en este apartado el “ Retrato de la mujer de Monet” , “Almuerzo en el Restaurante Fournaise”  y para mi, el mejor cuadro de la exposición, “Después del almuerzo”, que ha servido de portado de catálogo y de los folletos de la muestra.  El segundo apartado, Retratos de encargo, es esa etapa que Renoir qué distancia del grupo de los impresionistas, y donde se reúnen  alguno de los más famosos retratos pintados por Renoir, destacando la serie dedicada a la familia Durand-Ruel,el único de quien puede decirse que realmente inventó el oficio de marchante de arte, y a quien tanto debe no solo Renoir sino todo el grupo de  impresionistas.

 

Después del almuerzo.1879
Después del almuerzo.1879

El recorrido presenta una tercera sección “Placeres cotidianos” centrada en la mujer entregada alguna actividad, como la música, la lectura o la “toilette”, llamando la atención “La trenza” , una pintura que no diríamos que se trata de un Renoir por un tipo de pinceladas tan diferentes a las que conocemos del pintor francés. Los Paisajes, otra de las secciones de esta exposición, significaban para Renoir, habituado  a pintar a la figura humana , según decía, un descanso de la tensión que le provocaba pintar sus cuadros de figuras.

 

La trenza. 1886-1887
La trenza. 1886-1887

Los temas familiares ocuparon buena parte de la producción de Renoir. En esta sección encontramos imágenes de sus tres hijos varones. Jean adolescente inspirado en “El príncipe Baltasar Carlos , cazador”, el gran retrato de Velázquez, que Renoir había admirado en el Museo del Prado durante su visita a Madrid en 1892.

Centrado en su propia elaboración estilística, Renoir llega a una de las cimas de su producción con los bañistas, apartado con el que cierra esta exposición. Una serie de desnudos al aire libre en los que el autor muestra una visión idílica marcada por la sensualidad de las modelos, la riqueza del colorido y la plenitud de las formas. Deténganse a admirar ese “Gran bañista” típico de este tipo de pintura de Renoir, figuras de cabeza pequeña y cuerpo grande que emulan a grandes pintores como Miguel Ángel, Tiziano y Rubens.

Aunque vean mucha gente, sean pacientes y no se pierdan esta exposición que estará abierta al público hasta el 22 de enero próximo. Tenemos tiempo.

Se recomienda la compra anticipada de entradas.

 

Colinas alrededor de la bahia de Moulin Huet.
Colinas alrededor de la bahia de Moulin Huet.
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