
Por Javier Aguado
Están justo a tiempo de ver la exposición «Hitchcock, mas allá del suspense» en la Fundación Telefónica. Les sorprenderá gratamente sin necesidad de ser un gran aficionado al cine ni un fan de este gran director, porque esta muestra recoge todo eso, cine, lo que significo Hitchcock como director, pero sobre todo las distintas épocas en las vivió y que plasmo en sus películas.
Esta exposición sobre uno de los cineastas más exitosos de su época presenta a través de fotogramas ampliados y secuencias de sus películas, bocetos y decorados, vestuario, peluquería, carteles, fotografías, revistas y vestidos , todo un recorrido a través de cinco ámbitos muy bien concebidos por el comisario de esta muestra, Pablo Llorca, profesor de Historia del Cine y de la Fotografía en la Facultad Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.

Estos ámbitos van desde la Introducción, El toque de Hitchcock, Mujeres y hombres, Hitchcock y su tiempo, el arte y la arquitectura a El revés de la trama: las apariencias y los trucos. Cinco espacios expositivos que ilustran las claves más significativas de la filmográfica del director.
Una mirada divulgativa para conocer su dominio de los recursos del arte y el cine de vanguardia; su destreza por rodearse de grandes colaboradores, desde técnicos y actores a diseñadores y guionistas, el papel fundamental que tuvieron en sus obras los personajes femeninos y las relaciones complejas entre los dos sexos.

En este recorrido llamo nuestra atención la eterna influencia del cine mudo, esa pasión por los primeros planos de detalles que son iconos de su cine; su obsesión por las mujeres enigmáticas, entre ideales y humilladas con un toque sutil de erotismo que puso en la pantalla como pocos, esa Kin Novak y esa Grace Kelly; el espacio que describe el rodaje de Los pájaros y de las distintas capas que utilizo, el efecto Schüfftan insertando a los actores en pequeños decorados y esos cameos en los que aparece en 38 de la 58 películas que realiza, lo que comenzaría debido a una falta de presupuesto y que se convertiría después en una costumbre ingeniosa.
Uno de los creadores más geniales del siglo XX, su figura sigue siendo difícil de clasificar tres décadas después de su muerte. Todas las interpretaciones coinciden en destacar la fascinación visual que desprenden películas como La ventana indiscreta, Vértigo o Psicosis, un compendio de imágenes de gran potencia que con el tiempo se han convertido en verdaderos iconos modernos.
Solo hasta el 5 de febrero en el Espacio Fundación Telefónica, calle Fuencarral,3 Madrid