El Yoga Iyengar es una de las actividades más seguras, adecuadas y recomendables para mujeres de más de 50. A pesar de ser practicado por personas de todas las edades, sus principales beneficios apuntan justo a nuestras protagonistas de hoy. Y es que es justo lo que necesitas para mantenerte flexible y mejorar tu rango de movimiento, de esta forma evitarás más de una caída. También mejorarás los síntomas de la menopausia y te sentirás lleva de energía.
Características principales del Yoga Iyengar
Su nombre lo recibe directamente de su fundador, uno de los primeros maestros que hubo en occidente y su método se basa en las correctas posturas corporales y el control de la respiración. Se aproxima bastante al estilo más clásico, el Patanjali, pero con un toque de elegancia. Sus características principales son:
– La intensidad. Requiere de atención y consciencia porque lo más importante es la postura, no el movimiento y por eso busca la perfección en cada una de ellas. Así sus efectos tienen un impacto a nivel fisiológico, mental, orgánico y nervioso.
– La técnica y la precisión. Todo debe ser exacto y tanto huesos, como ligamentos, órganos, músculos y energía estarán alineados para favorecer los resultados.
– La secuencia. El orden en el que se practican las posturas o asanas también es importante e incluye en los efectos posteriores de esta disciplina.
– El uso de soportes para su realización. Ya sean mantas, almohadas, sillas, bloques o cinturones; son necesarios tanto las personas sanas como para las que tienen alguna limitación, dolencia o problema físico. De esta forma se ayuda a despertar esas zonas dormidas y se mejora la postura, la alineación o el equilibrio.
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Su repertorio completo incluye 57 posturas, centradas en la alineación y que, con la práctica, puedes aprender a mantener para obtener sus beneficios.
Como decíamos al principio, además de para ti, sus mayores efectos están indicados para personas que no están en buena forma física en general, ya sea por su edad, por un sobrepeso o por falta de actividad. Y es que, a partir de una cierta edad empezamos a perder tono muscular, elasticidad, agilidad y toda esa serie de variables que nos ayudan a afrontar el día a día normalmente.
Por otro lado, estos cambios no siempre los llevamos bien a nivel emocional. El que nos sintamos un poco más torpes puede afectarnos negativamente al estado de ánimo o hacernos entrar en un círculo vicioso del que acabemos cada vez como menos energía.
Otra de las ventajas de este tipo de yoga es que se trata de una actividad suave, de bajo impacto y que fortalece como otras más intensas, pero siempre respetando ciertas limitaciones. Aporta tranquilidad a cuerpo y mente, mejorando nuestro estado general de salud.
¿Lo mejor? Quizás sea esa actitud positiva que aprendes a interiorizar y que tanto caracteriza a sus adeptos. Por eso el Yoga Iyengar para mujeres de más de 50 años, debería ser una constante en nuestro día a día, una actividad fetiche y un medio para sentirnos más vivas.
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