Incontinencia urinaria, rompamos el silencio

La incontinencia urinaria es un problema muy común que puede llegar a condicionar la calidad de vida. Se manifiesta a cualquier edad y en cualquier género, pero es cierto que afecta con mayor intensidad al sexo femenino.

Unas gotas de orina que pueden arruinarle la vida. Algunas mujeres sufren incontinencia urinaria como consecuencia del embarazo, la menopausia y el paso del tiempo. Esta pérdida involuntaria de orina afecta a alrededor del 25% de las mujeres de entre 60 y 69 años, y al 32% de las mayores de 80 años.

Algunas pacientes se sienten demasiado avergonzadas para hablar con un cuidador, por lo que renuncian a hacer deporte, a caminar y, a veces, incluso a salir de casa. Sabemos que la actividad física y los contactos sociales son esenciales para un envejecimiento saludable. Así que aquí va un mensaje: ¡la incontinencia urinaria tiene tratamiento!

Qué es la incontinencia urinaria

Se trata de la pérdida involuntaria de la orina. Puede representar un problema a nivel social, emocional e higiénico, ya que afecta a su calidad de vida y a las relaciones interpersonales.

Si te identificas con esta situación, presta atención a sus causas y posibles soluciones.

Tipos y causas de incontinencia urinaria

La fuerte presión que ejerce la orina en la vejiga con respecto a la uretra puede deberse a numerosos desencadenantes.

Causa de esfuerzo

El escape de orina se produce tras realizar algún movimiento o actividad física, por ejemplo, reírse, hacer deporte… Afecta fundamentalmente a las mujeres y el trastorno se localiza en la uretra. Las causas pueden ser la edad o los embarazos, entre otras, dando como resultado la pérdida de elasticidad y fuerza muscular del suelo pélvico.

La incontinencia de esfuerzo no puede tratarse del mismo modo que la vejiga hiperactiva. Esta última se caracteriza por una sensación anormal de urgencia, micciones muy frecuentes (más de ocho veces al día) y pérdidas sin previo aviso, a lo sumo precedidas de un impulso repentino e irreprimible. En estos casos, las inyecciones de toxina botulínica han demostrado su eficacia. Esta molécula, producida por una potente bacteria, bloquea las contracciones involuntarias de la vejiga que causan el problema.

Bajo anestesia local, con o sin sedación suave, el urólogo utiliza una cámara para introducir una aguja en la vejiga. La toxina botulínica inyectada se diluye en suero fisiológico. El procedimiento sólo dura diez minutos, más el tiempo necesario para preparar el producto.

Causa de urgencia

La pérdida de orina es brusca tras la aparición de unas ganas incontrolables de orinar. Existen 2 variantes:

– Sensitiva: los receptores de la vejiga se encuentran alterados, lo que provoca una sensación precoz de llenado que conduce a la urgencia urinaria.

– Motora: se produce por hiperactividad de la musculatura de la vejiga que da lugar a más contracciones y de mayor intensidad.

De causa psicógena

Es secundaria a estímulos externos que afectan en diferentes aspectos:

– Sentidos: contrastes de temperatura, frío, el contacto con el agua.

– Emociones intensas: placer, miedo.

De causa neurológica

Es secundario a la alteración del sistema nervioso. Algunos ejemplos de patologías que pueden producirlo son: ictus o esclerosis múltiple, entre otras.

Tratamiento de la incontinencia urinaria

Para conseguir un buen tratamiento es conveniente que te realices un diagnóstico correcto. Para ello, resulta esencial acudir al médico especializado en esta patología para que te haga un estudio a través de análisis y pruebas de imagen.

Con posterioridad, te asesorará sobre el tratamiento que mejor se adapta a tus necesidades.

Medidas higiénico dietéticas

Consiste en controlar la ingesta de todos los líquidos a lo largo del día, tanto del agua como de los alimentos sólidos que ingerimos durante el día, por ejemplo, caldos, leche, infusiones…

Es interesante consumir más líquido a primeras horas del día para posteriormente, hacia la tarde-noche, reducir la toma.

Entrenamiento para la reeducación perineal

Prueba a realizar ejercicios que fortalecen el suelo pélvico y que mejoran considerablemente el control sobre la vejiga. Además, aumentan la capacidad de llenado sin escapes.

Para esta reeducación perineal, las pacientes pueden acudir a un fisioterapeuta o a una matrona. Durante las sesiones, la paciente volverá a entrenar su suelo pélvico mediante ejercicios y técnicas manuales, electroestimulación o biorretroalimentación (que ayuda a localizar los músculos pélvicos y a controlarlos mejor), que podrá repetir en casa para prevenir la incontinencia urinaria. Es el tratamiento menos agresivo y menos arriesgado.

Este tipo de ejercicios se recomienda realizarlos también antes de presentar las pérdidas de orina para, de este modo, retrasar la aparición de la incontinencia o, incluso, posibilitar que esta no se manifieste.

Tratamiento farmacológico

Solo son útiles en algunos grupos de pacientes. El objetivo es que la vejiga pueda llenarse sin tener contracciones y que la uretra no permita escapes.

El inconveniente de los fármacos es que suelen dar lugar a efectos secundarios como la sequedad de boca o las palpitaciones. Algunos pacientes no lo consiguen tolerar.

Tratamiento quirúrgico

Es necesario visitar al médico especialista, puesto que existen diferentes técnicas dependiendo de las características de la vejiga y de la uretra de cada paciente. Se trata de un tratamiento con buenos resultados.

Inyecciones de producto de relleno

Para las mujeres que no se alivian con la reeducación perineal, pero que no desean o no pueden someterse a una intervención quirúrgica, existe una alternativa: las inyecciones periuretrales. Se trata de pequeñas inyecciones en la uretra que inflan su pared, aumentando la resistencia al flujo de orina y mejorando el cierre del esfínter. La ventaja de estas inyecciones es que se realizan con anestesia local, por lo que no es necesario ausentarse del trabajo y prácticamente no hay riesgo de dolor crónico, a diferencia de lo que ocurre con las tiras.

Sin embargo, existen dos limitaciones: en primer lugar, no están reembolsadas y, en segundo lugar, son mucho menos eficaces que la cirugía. A grandes rasgos, el 30% de las pacientes mejora, pero el 30% no experimenta ningún cambio.

Por ejemplo, se realizó un estudio sueco aleatorizado en dos grupos: un grupo de pacientes recibió inyecciones, mientras que al otro se le aplicaron tiras. Al año, la satisfacción era equivalente en ambos grupos.

Sin embargo, a los 3 años, se observa que la comodidad y la satisfacción eran mayores en los pacientes a los que se aplicaron las tiras.

Aunque se han probado varios productos de relleno -colágeno, grasa y silicona-, hoy en día las inyecciones se hacen únicamente con bulkamid, que es 97,5% agua y 2,5% poliacrilamida (un gel), el bulkamid se tolera bien.

Como ves, podemos decir que la incontinencia urinaria es una patología con elevada prevalencia en España y que afecta de forma más severa a las mujeres de más de 65 años. La incontinencia urinaria, tabú durante mucho tiempo pero frecuente, afecta sobre todo a las madres jóvenes, a las mujeres en la menopausia y a los hombres y mujeres de más de 75 años. La incontinencia urinaria se beneficia ahora de nuevos tratamientos eficaces, que deben adaptarse a cada caso, esperemos que este post te haya podido ayudar.

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