¿Os gusta comer mucha carne? Hoy vamos a hablar de cómo reducir el consumo de carne, de los productos cárnicos en general y como desde los últimos 30 años su consumo se ha multiplicado de manera exponencial.
En Octubre de 2015, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó un informe en el que alertaba del creciente aumento de carne y sus repercusiones para la salud en la aparición de cáncer colorrectal.
Riesgos de comer demasiada carne
En el informe se hablaba de los riesgos de comer dos tipos de carne. La carne roja que hace referencia a la procedente de mamíferos, vaca, cerdo y cordero en nuestra dieta mediterránea. Pero no hay que olvidar el resto de carne de res como buey, toro y el resto de mamíferos como pueden ser la carne de caballo.
Exactamente un consumo alto de carne roja está asociado a aparición de cáncer colorrectal, páncreas y próstata. ¡Cuidado hombres baby boomers y sobre todo recordéis que, a nuestra edad, son muy importantes los chequeos anuales.
La carne procesada es aquella que ha sido tratada y se ha transformado a través de la salazón, curado, fermentación, ahumado y demás procesos para aumentar su sabor y mejorar su conservación.
Dentro de estas carnes incluiríamos salchichas, jamón (el serrano también querido lector) cecina, carnes en latas y carnes secas. El consumo alto de las carnes procesadas está asociado a un aumento de padecer cáncer colorrectal.
¿Tengo que dejar de comer carne roja y procesada?
La respuesta es simple. No. Pero si tenemos que disminuir su consumo. Podemos comer hasta dos veces a la semana este tipo de carnes sin que suponga un peligro para la alimentación. Si hacemos un poco de historia, antiguamente los reyes solían padecer de gota, debido al alto consumo en carnes y mariscos que ingerían.
Desde hace mucho se sabe que el consumo de carne excesivo es malo para la salud, pero ya sea porque nos gusta más que otro tipo de fuente de proteína animal como el pescado o el pollo, por tema cultural, está más presente en nuestra dieta con las consecuencias que esto puede acarrear.
¿Qué aportan las carnes rojas y procesadas?
Pues aportan proteínas de alto valor biológico. Y minerales importantes como el hierro, pero esto no quiere decir que tengan que ser la base de la pirámide alimenticia. Respecto a las carnes procesadas, provenientes del cerdo, debéis saber que su consumo suele estar limitado por su alto contenido en grasas saturadas.
En el caso de la carne de vaca, roja, el aporte de grasas saturadas es menor que las carnes procesadas, pero es más alto comparado con la carne de pollo o los pescados blancos o azules. Estos últimos son ricos en grasas insaturadas. Las grasas buenas. Así que ya sabéis por qué podéis empezar a ir cambiando.
¿Ha aumentado tanto el consumo de carne en la actualidad?
Pues sí. Exactamente entre 1980 y 2012 el consumo de carne ha aumentado un 40 %. En el caso de España se ha duplicado prácticamente de los 20 kilos que se comían por habitante hace 3 décadas, a los 50 kilos actuales que se consumen por habitante.
Echar cuentas. Un año tiene 52 semanas, redondear a 50 y os saldrá a un kilo por semana. Independientemente del tipo de alimentación que llevemos, es muy fácil consumir de segundo plato 200 gramos del tipo de carne que sea. O de plato único tipo una ensalada más 200 gramos de carne.
La semana tiene 7 días, en el momento que entre cenas y comidas, encadenéis 5 comidas de 10 con estas carnes, os salen las cuentas de kilo al año. Mención aparte quién desayuna o cena huevos acompañados de salchichas o bacon o quién toma de merienda o almuerzo un sándwich de jamón serrano.
Este mayor consumo provoca problema ecológicos
Si me permitís un inciso, no solo de salud, si no de sostenibilidad. No tenemos recursos para alimentar tanto ganado en el mundo. Se necesita mucha agua.
A medio, largo plazo el consumo exagerado de carnes animales puede acabar con bosques y selvas, se necesita mucha tierra para alimentar a tanto animal. El cambio climático es un problema serio.
¿Con que podemos sustituir la carne?
No os voy a incitar a haceros vegetarianos. Pero sí que podemos aumentar el consumo de proteína vegetal.
Podemos encontrar proteína vegetal en las verduras, legumbres, quinoa, recordad las ricas hamburguesas de quinoa que preparamos en la sección de nutrición , tofu y seitán.
Se puede cambiar un poco los hábitos y comer pasta con verdura. Los huevos son muy buenos también porque aportan vitaminas B1 Y b2. Si no tienes colestarol puedes hasta comerte uno al dia.
Y sobre todo podéis comer verdura a voluntad y sin límites.
Finalmente me despido de vosotros recordando el equilibrio de pH, que buscamos conseguir en el cuerpo a través de un menor consumo de alimentos ácidos y un mayor consumo de alimentos alcalinos que vimos en los artículos del trigo y la leche. Las carnes son alimentos muy ácidos que tienden a disminuir el pH del cuerpo.
¿Recordáis lo ácido que podía ser un bocadillo de queso?, ¿Y si fuese un bocadillo de queso con lomo o carne de vaca? Imaginaos la de veces que habéis consumido este bocadillo tan típico y lo potencialmente malo que ha podido ser para vosotros.
Al final todo el mundo sabe hoy que la solución a muchos problemas de salud pasa por cuidar lo que comemos. A llegado el momento de disfrutar de la proteína vegetal y seguir practicando ejercicio de manera regular.
¡Buena semana a todos y para problemas de rehabilitación no dudéis en consultarme en Fisiosesto