Los problemas de memoria pasados los 50 años se convierten en una causa de preocupación debido a su relación con el Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos. A medida que pasan los años puede volverse más difícil recordar algún dato específico y la memoria a corto plazo también se vuelve más frágil. Son muchos los factores que influyen y que deben tenerse en cuenta. Hoy trataremos en profundidad este problema y recomendaremos algunos consejos.
La pérdida de memoria pasado los 50
Lo cierto es que a medida que envejecemos el hipocampo reduce su tamaño y las neuronas se deterioran, perdiendo su capacidad para transmitir información de forma adecuada. Es entonces cuando los problemas de memoria pueden volverse frecuentes.
Sin embargo, esto es un proceso natural y no significa que se padezca ningún tipo de enfermedad. De hecho, diferentes estudios coinciden en que los problemas de memoria a partir de los 50 años se deben en su mayoría al estrés, que coincide con la menopausia de la mujer y que se retrasa en los hombres hasta su jubilación.
Por otro lado, existen otras muchas causas que pueden afectar a la capacidad para recordar tales como una alimentación deficiente, infecciones o desajustes hormonales.
Pérdida de memoria, ¿cuándo preocuparse?
En cualquier caso, los lapsus leves no tienen nada que ver con la demencia y es normal cuando lo que se olvida pertenece a la memoria a corto plazo. En la mayoría de los casos, las personas recuerdan aquello que han olvidado con un poco de ayuda, de contexto o de información adicional.
Olvidar detalles específicos y puntuales sería algo dentro de la normalidad, mientras que, olvidar sucesos más generales y no lograr recordarlos podría ser síntoma de alarma.
Por ejemplo, olvidar que hemos visto una película en la televisión recientemente puede ser preocupante, pero no el hecho de no recordar algún detalle específico (como el nombre de algún personaje).
¿La memoria puede recuperarse?
Como hemos mencionado, los problemas de memoria se deben en su mayoría a causas secundarias como el estrés y, por lo tanto, basta con solucionar estos problemas de fondo para que volvamos a recuperar esa memoria perdida.
Sin embargo, el cerebro, al igual que cualquier músculo de nuestro cuerpo, ha de ejercitarse para mantenerlo en forma. Por ello, sí es cierto que podemos realizar una serie de ejercicios; no para recuperar aquellas neuronas atrofiadas, sino para entrenar nuestro cerebro, nuestra memoria y nuestra actividad cerebral general.
Existen diferentes estudios que aseguran que a través de esos ejercicios se reduce considerablemente el deterioro neuronal y se previenen todo tipo de enfermedades neurodegenerativas.
Ejercicios para mantener activa la mente
Para ejercitar nuestro cerebro basta con mantener la mente activa. Realizar actividades diariamente como leer, escribir, operaciones matemáticas o tocar un instrumento bastan para estimular la mente y prevenir el deterioro cognitivo. Hemos escrito un post muy completo sobre el tema de como mejorar la memoria en tu día a día pasado los 50.
Por otro lado, las actividades que más y mejor ayudan a nuestro cerebro son aquellas que resultan totalmente nuevas para nosotros. Si nunca has jugado al ajedrez, aprender cómo se mueven las piezas y aplicar esos nuevos conocimientos en cada partida será un magnífico ejercicio.
Enfrentarse al aprendizaje de un nuevo idioma con una estructura y vocabulario totalmente distintos es igualmente beneficioso. En definitiva, aprender un nuevo arte, oficio o disciplina será lo mejor para estimular nuestro cerebro.
Por último, también podemos ejercitarnos en el día a día mediante pequeños retos mentales que pueden ser muy estimulantes. Obligarnos a recordar la lista de la compra cuando vayamos al supermercado.
Focalizar la atención en un único instrumento cuando estemos escuchando una canción o usar la mano no dominante para las actividades diarias son algunos de ellos.
Todos estos consejos para la memoria ayudarán a mejorar y mantener el buen estado de nuestro cerebro y a prevenir aquellos problemas graves como la demencia o el Alzheimer.