¿Cuánta cantidad de crema o sérum necesita tu piel?

Si te has preguntado alguna vez si usas demasiada crema o sérum en tu rutina facial, no estás solx. En realidad, esta es una duda común: ¿cuánto producto es necesario aplicar para obtener los mejores beneficios sin dañar la piel? Aunque pueda parecer que «más es mejor,» abusar de la cantidad de crema o sérum puede no ser tan beneficioso como piensas. Consultamos a la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición, quien nos aclara cuánta cantidad de producto es realmente necesaria y las posibles consecuencias de aplicarlo en exceso o en defecto.

¿Por qué es tan importante aplicar la cantidad de crema o serum adecuada?

La piel del rostro, además de ser una barrera que nos protege de agentes externos, es muy sensible a los cambios de clima, la contaminación y otros factores ambientales. Según explica la farmacéutica Belén Acero, “la función principal de una crema facial es hidratar la piel y evitar la pérdida transepidérmica de agua. Este fenómeno, que aumenta con el paso de los años, hace que la piel se vuelva más seca y acelera su envejecimiento, provocando además sensibilidad en algunos casos”.

La hidratación es fundamental, pero no es el único beneficio que puede proporcionar una buena crema facial. Existen productos con propiedades antiedad, que actúan sobre manchas, arrugas o firmeza, mientras que otros están diseñados para tratar problemas cutáneos específicos como el acné o la dermatitis, entre otros muchos otros.

Los sérums, por otro lado, son más concentrados y tienen fórmulas específicas para actuar en profundidad sobre problemas concretos, ayudando a fortalecer la epidermis. Sin embargo, tanto con cremas como con sérums, la cantidad es un factor clave. Usar una cantidad excesiva puede resultar contraproducente, mientras que quedarse cortX podría no ser efectivo. Entonces, ¿cuánto es suficiente?

Crema facial y sérum: la cantidad correcta a utilizar

A la hora de aplicar los productos de cuidado facial, la cantidad adecuada varía en función de su formato y su concentración. Para los sérums, que siempre deben aplicarse sobre la piel limpia y seca antes de la crema, la dosis recomendada es mínima debido a su alta concentración de activos. Belén Acero recomienda «aplicar solo unas 4 gotas en caso de ser un sérum líquido o dos o tres ‘pumps’ si tiene una textura en gel o cremigel.» Gracias a su ligereza, los sérums suelen esparcirse fácilmente por todo el rostro, el cuello e incluso el escote.

En cuanto a las cremas, la cantidad depende de su envase. “Si la crema viene en un frasco con bomba, uno o dos ‘pumps’ suelen ser suficientes; en envases de tubo o tarro, la cantidad ideal sería el tamaño de una o dos almendras, más o menos”.

Esto cambia en el caso de productos con SPF, como las cremas solares: para asegurar una buena protección contra los rayos UV, la farmacéutica Belén Belén sugiere “aplicar un poco más, aproximadamente el equivalente a una línea de producto a lo largo de los dedos índice y corazón.

Este consejo es orientativo, pero si te das cuenta de que acabas un frasco de 50 ml en apenas dos semanas, estás usando más producto del necesario”.

¿Qué sucede si aplicas demasiado producto en la piel?

Un error común en la rutina de cuidado facial es pensar que, al usar más cantidad, se obtendrán mejores resultados. Pero según explica Belén Acero, “saturar la piel de producto no lo hace más eficaz.” En productos como las cremas hidratantes, el único inconveniente de aplicar de más puede ser un gasto innecesario de dinero y una piel con aspecto brillante y pesado. Sin embargo, con ingredientes más potentes, como “el retinol o ácidos (AHA, ácido salicílico, etc.), sí puede haber efectos negativos al excederse en la cantidad: la piel podría reaccionar con irritaciones o enrojecimiento, aunque en dosis normales tolere bien el activo. Con los ácidos y retinoides, es esencial aplicar solo la cantidad justa para evitar irritaciones. No se trata de aplicar más, sino de ser constante en el uso

Por otro lado, abusar de varios productos con ácidos o activos fuertes puede alterar la barrera cutánea, volviéndola más vulnerable a irritaciones y sensibilidades. Así que, si tienes dudas, es mejor empezar con una cantidad mínima y observar la respuesta de tu piel, aumentando poco a poco si es necesario y según la recomendación de una persona experta.

Rutinas maximalistas: el riesgo del “overbooking cosmético”

Es común que los amantes del cuidado de la piel se sientan tentados a incorporar múltiples productos en su rutina diaria. Pero si aplicas varias capas de producto (loción, sérum, contorno de ojos, crema de día, protector solar), corres el riesgo de caer en lo que se llama «overbooking cosmético.» Esto sucede cuando la piel recibe tantas capas de productos que no logra absorberlos correctamente, lo que puede dar lugar a una piel saturada de producto, brillante y con tendencia a obstruirse, además de que los activos pueden no llegar a penetrar bien y por tanto no ejercer su efecto. Con una rutina maximalista, el exceso de producto puede provocar acné cosmético y la aparición de puntos negros, ya que los poros se bloquean al recibir más producto del que realmente necesitan”

Esto no significa que debas evitar el uso de múltiples productos si te gustan, sino que debes asegurarte de aplicar la cantidad justa y necesaria de cada uno, y elegir con cuidado los que realmente complementan tu tipo de piel y necesidades. Más allá de una piel saludable, el objetivo es que el rostro se vea saludable y fresco, no con una capa de producto visible.

Para obtener los beneficios deseados, la clave está en la moderación. Belén Acero nos recuerda que “los cosméticos no multiplican sus efectos si aplicamos más cantidad. La calidad del producto y la constancia son lo que realmente importa. Aumentar la cantidad solo tendrá como resultado un gasto innecesario y una piel sobrecargada.

Usar cosméticos de calidad en las dosis recomendadas es más efectivo y beneficioso a largo plazo que abusar de ellos”. Una buena práctica es guiarse por las indicaciones de cada producto y, en caso de duda, consultar a un especialista para ajustar la rutina a tus necesidades. Como ves, los cosméticos, como todas las cosas buenas, es mejor usarlos con moderación. Menos es más.

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