No hay nada más mediterráneo que el pan y, aunque sabemos que engorda es difícil no caer en la tentación de tenerlo, aunque sea de vez en cuando, encima de la mesa. Lo importante es intentar elegirlo de la manera correcta. Un pan artesano es el resultado de un trabajo que requiere ingredientes naturales y de calidad, trabajo y paciencia. Como consecuencia de ello, el pan es más fácil de digerir, dura más tiempo fresco y más saludable y rico.
1. Un pan artesano no tiene una forma perfecta. En una panadería artesana, el panadero realiza cada pieza de forma única, ningún pan es igual a otro, solo lo son los industriales, hechos a máquina.
2. Desconfía de la miga muy blanca. Cuanto más blanca es la miga, peor es el pan porque estará elaborado con una harina muy refinada y nada saludable puesto que ha perdido gran parte de sus nutrientes. Además, si la miga se estira como un chicle, estamos ante un pan elaborado mediante procesos industriales y que ha seguido una fermentación rápida.
3. El buen pan dura fresco unos días. Si al día siguiente el pan está duro y reseco, es que es industrial. Un pan artesanal puede durar fresco y esponjoso más días si lo conservamos envuelto en un paño de tela.
4. Un pan natural y artesano, pesa. Aunque parezca que un pan pesado es más difícil de digerir, sucede al contrario. Los panes industriales apenas pesan 20 gramos, mientras que uno artesano puede triplicar ese peso.
5. Corteza crujiente. Un buen pan se reconoce por su corteza color pardo, más gruesa que la del pan industrial y muy crujiente. Además, debe mantener estas propiedades durante el tiempo que el pan esté fresco.
6. El buen pan tiene un olor y sabor característico. Aunque parezca algo obvio, si el pan no huele es que no ha reposado el tiempo suficiente para que se desarrollen los ácidos orgánicos responsables de ese olor tan auténtico. El buen pan sabe a campo, a semillas… tiene el aroma de la masa madre y de la harina. El pan industrial siempre sabe igual.
7. Un pan artesano como los que puedes encontrar en la cadena del obrador Leon Baker proporcionará una buena digestión. Nuestro estómago sabrá distinguir el pan hecho de manera natural, con masa madre, fermentación reposada, buenas harinas… Además, nos aportará además todas sus propiedades nutricionales, sin grasas y con un bajo índice glucémico. Porque este es otro de los falsos mitos de este manjar, el pan, en cantidades moderadas, no engorda.
Foto portada tomada en la panadería ecológica Cumpanis, calle Barriocepo,41 Logroño.