Por Javier Aguado
Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional, resultaba anoche ganador del XI Premio de Teatro Valle-Inclán por la dirección de “El laberinto mágico”, una adaptación del universo creativo de Max Aub, uno de los escritores más importante del exilio español.
Anoche se fallaba estos premios de teatro, a lo largo de una cena en el restaurante del Teatro Real. No fue fácil para el Jurado, como cada año, elegir al finalista, entre autores, actores y directores, debido al nivel de todos ellos y de todas las obras excelentes que han representado en los escenarios madrileños a lo largo de 2016.
No fue fácil, como digo, elegir por el método Goncourt, al ganador de este premio concedido por El Cultural de EL Mundo y patrocinado por la Fundación Coca-Cola de un importe de 50.000 euros y la estatua de Víctor Ochoa, ya que todos son ganadores, todos han visto reconocidos sus trabajos y todos, aunque suene a tópico se merecen este premio.
Entre los finalistas figuraban Alfredo Sanzol, este hombre de teatro hasta la médula, como autor y director de La respiración sobre el dolor que proviene de la ruptura de tu pareja; Mario Gas, nada menos que por el montaje de Incendios, al que ya le avalan una larga lista de montajes memorables;
María Adanez por su interpretación en El pequeño poni , uno de los principales activos del éxito de la obra de Paco Becerra en el Teatro Bellas Artes; José Sacristán, el último gran maestro de la escena española y quien ya ha sido finalista de estos Premios en otras ocasiones, por su papel de magnate en Muñeca de porcelana; Ernesto Caballero, el gran director por El laberinto mágico recogiendo textos de Max Aub en una puesta en escena moderna y ejemplar;
José Luis Arellano, quien lleva el proyecto Homero de la Joven Compañía, una de las ofertas más ambiciosas de 2026, y que optó al premio por su trabajo en la Odisea, en la versión de Alberto Conejero y que muestra la capacidad inagotable del texto para arrojar nueva luz en cada época;
Maribel Verdú, que vuelve a estas nominaciones por su trabajo en Invencible, una profunda peripecia sobre los iconos de la lucha de clases; Israel Elejalde, quien literalmente se dejó la piel en el personaje de Hamlet en una estupenda adaptación de su socio y amigo Miguel del Arco;
Sergio Perez-Mencheta por su desafío como director de La cocina, uno de los éxitos teatrales de la última temporada, movilizando a 26 actores en un escenario de 360º en el Valle Inclán recreando un restaurante londinense en los 50; Pedro Casablanc, que sigue en estado de gracia, por su interpretación en Yo, Feuerbach, la obra de Tankred Dorst;
Ana Peinado, la más joven que ha dado el salto al teatro profesional precisamente con la obra por la fue finalista Ana el 11 de marzo y Paco Bezerra, uno de los grandes talentos de la nueva dramaturgia, que vuelve a enfrentarse a sus fantasmas en la obra El pequeño poni ,basada en la historia del niño estadounidense que en 2014 sufrió numerosos ataques por llevar una mochila de My Little Pony.
Al final se impuso Ernesto Caballero e Israel Elejalde llegaba también hasta la última votación, junto con el director Alfredo Sanzol. El Jurado estuvo presidido por Antonio Garrigues Walker y entre los componentes figuraba entre otros Luis María Anson, presidente de El Cultural. Los anteriores premiados a lo largo de los últimos diez años fueron desde el 2007 Juan Echanove, Angélica Liddell, Juan Mayorga, Nuria Espert, Francisco Nieva, Carmen Machi, Miguel del Arco, Carlos Hipólito, Concha Velasco y el año pasado Aitana Sánchez-Gijón.
¡Enhorabuena al ganador!
