Me llamo Aurora y tengo 60 años, estoy encantada de ser babú y babyboomer. Dentro de unos días será San Valentín y os voy a contar qué opino de este día.
Estábamos desayunando varias compañeras y la conversación, no me acuerdo por qué, derivó a este tema. Se preguntaban qué podrían comprar a su pareja. Yo permanecí callada y como soy muy charlatana, debieron extrañarse de mi frialdad y me dijeron:
- Aurora estás ausente ¿No te gusta San Valentín?
- Realmente ni me gusta, ni me deja de gustar, me es indiferente.
- ¿Por?
- Porque no entiendo que nos tengan que poner un día para decirle a tu pareja que la quieres.
- ¿Nunca lo celebráis?
- No, nunca nos hemos intercambiado regalos en este día.
Aquí se terminó la conversación. Estoy completamente segura que después comentarían que no les extrañaba mi actitud. Las personas que me rodean me consideran una persona poco sentimental y muy fría.
De verdad amigos, esto no es cierto. Es verdad que no soy capaz de mostrar mis sentimientos y menos públicamente, pero eso no significa que no quiera a la gente. Quizás quiero más que los demás.
Hace 35 años que me casé y si somos realistas, la ilusión de los primeros momentos con el paso del tiempo, se transforma en una relación de cariño y respeto.
Cuando éramos jóvenes, nos acompañaba el amor y la ilusión. Nos conocíamos desde hacía varios años y estábamos muy compenetrados. Siempre pensé que lo importante era tener un buen compañero de viaje.
El tiempo borra la belleza y termina con la ilusión, con ese estado de atontamiento por el cual sientes mariposas en el estómago cuando estás con la otra persona, incapaz de ver un solo defecto y agrandando todas sus virtudes. A menudo la convivencia lo anula todo.
Volvamos a mi caso. Nunca celebramos el día de San Valentín. No estábamos de acuerdo con el hecho de que un día fijado por no sé quién, un regalo o una celebración supusiese una prueba de amor entre dos personas.
Celebrábamos siempre los cumpleaños y los Reyes. Existían otros días que tampoco formaban parte de nuestro ideario, como pueden ser el Día del Padre o el Día de la Madre, pero por temas sociales, aquí tuvimos que plegarnos y someternos a la presión social.
Con el tiempo nuestro amor se ha transformado en un enorme cariño. Él ha sido para mí un buen compañero, el hombro en el que he llorado cuando tenía problemas, la persona que ha estado a mi lado en la enfermedad, un gran apoyo en el cuidado de mis padres.
Nunca le he escuchado una protesta, una palabra malsonante, una queja. También yo supe estar a su lado cuando él lo necesito, si tuvo algún problema le escuché y cuando tuvo que cuidar a sus padres, le ayudé.
Para nosotros San Valentín es apoyarse, acompañarse, ser amigo, es el día a día de una pareja, no es un día al año. Nunca un regalo puede suplir un día a día.
¿Que hay más bonito que el regalo del cariño y la comprensión a lo largo del tiempo?.
Quizá no seamos una pareja convencional, pero somos una pareja que ha sabido convivir durante 35 años en armonía, hemos aprendido a estar juntos con nuestros mutuos defectos y a valorar nuestras virtudes. Para mí, eso es San Valentín.
“¿Tú también eres Baby Boomer?”. Esta es tu sección. Puedes contarnos cómo te sientes después de los 50. Qué te gusta, como te va la vida; tus aficiones. Nos encantaría hacerte visible, ponerte cara y que digas: “Soy Babú”, con orgullo y una gran sonrisa.
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