Escrito por Asún Moreno Fidalgo
Una costumbre muy arraigada en el País Vasco es celebrarlo todo con una comida, incluso los funerales. Hay que agasajar a los asistentes y no se nos ocurre mejor forma que llenando el buche. En mi familia y en mis círculos suele ser algo muy habitual.
Podría escribir sobre cualquier de los grandes restaurantes con estrellas Michelin de la zona como Arzak, Martin Berasategui, Akelare, Mugaritz, pero será para otro día porque hoy os voy a hablar de un sitio que solemos frecuentar entre mis amistades para celebrar, y cuando digo celebrar cabe todo incluso el 50 aniversario de bodas de una pareja que nunca tuvo el divorcio. El lugar se llama ‘’Narru’’ y está en el Paseo de La Concha de San Sebastián. La última vez que nos juntamos fue para celebrar el cumpleaños de una “Babú” en su 59 aniversario.
Los motivos por los cuales este lugar es uno de mis preferidos es la comida, pero no está de más decir que también por su ubicación. Esta cafetería, posee una cristalera desde donde se observa la playa siendo éste uno de sus mejores atractivos. Aunque las mesas colocadas al lado de la calle tienen unas vistas impresionantes, no importa el lugar donde te sientes, la luz entra a raudales. No sé si alguno de mis lectores sigue mi instagram, si es así sabrá de la importancia en mi vida de la luz natural, algo de lo que carecemos mucho en el norte. Por eso cuando voy a un lugar público es algo que me atrae enormemente.
Voy a hablaros del menú que solemos elegir. La carta suele ser de pinchos y tapas y después de haber probado casi todo, me atrevo a aconsejaros lo que siempre tomamos. Suele ser: arroz al socarrat, cocochas de bacalao en salsa verde y capricho ibérico con salsa de manzana.
Todo ello acompañado con un cava de nombre Berta que hace las delicias de mis compañeras amantes de esta bebida espumosa. Los vinos que tienen en la carta tanto blancos como tintos son de una calidad exquisita. Yo suelo decantarme por un verdejo Quintaluna.
Pocas veces nos solemos ir sin tomar postre porque ante la torrija o la tarta de manzana con helado que tienen no nos podemos resistir.
Llegado a este momento de la velada cambiamos el cava y el vino por dos gin tonics.
Como podéis ver lo celebramos todo y bien. Como os decía al principio hasta las penas. Porque las penas con pan son menos penas, ¿no os parece?
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