Por Javier Aguado
Ha sido un acierto inaugurar esta temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con la nueva versión de “El Perro del Hortelano”, una de las grandes obras de Lope de Vega, escrita en 1.618, pero que sigue totalmente vigente en la actualidad. El personaje principal, Diana, condesa de Belflor, descubre que su secretario Teodoro, está cortejando a Marcela, su doncella. Movida por los celos, Diana se encapricha y enamora de Teodoro, a pesar de que no es noble ni pertenece a la misma clase social que ella.
Comienza así el juego de la comedia. Diana empieza a comportarse como el perro del hortelano: ni come ni deja comer, no se permite a sí misma enamorarse de Teodoro ni permite que se case con Marcela. Entre las diferencias de este nuevo montaje se encuentra que el escritor sitúa la acción en el Nápoles del siglo XVII, mientras que Helena Pimenta la lleva hasta el siglo XVIII, concediéndole un mayor protagonismo a la visión femenina. En palabras de la directora, es una comedia que atrapa desde el primer instante. El aprendizaje del amor, según Pimenta, se realiza en esta obra con un obstáculo que se convierte en su significante: la diferencia de clases. “Y en el eje de la obra, el dilema de una mujer entre el honor y el amor. Una mujer atrapada en un mar de presiones sociales y encerrada en una jaula de oro”.
Álvaro Tato, quien versiona la obra, señala que estamos en una comedia fantástica que se convierte en una obra maestra. Para Tato, en el centro del laberinto se encuentra Diana buscando la salida a través de pasillos, salas y galerías llenas de sombras, secretos, murmullos, trampas, traiciones y, cómo no, deseos: “Deseo de cuerpos, de poder, de dinero, de sangre, de nombre. Nosotros gozamos mirando el trampantojo de entradas y salidas pero ellos se juegan la posición, la fama e incluso la vida”.
En este montaje participan medio centenar de personas contando con un presupuesto superior a los 200.000 euros. Helena Pimenta se enfrenta además al recuerdo de la galardonada versión cinematográfica que dirigió Pilar Miró en 1996, una comedia que logró siete goyas entre ellos el de la mejor dirección. Y también a las versiones de esta obra que se han estrenado en los últimos tiempos. Entre el elenco de actores destacar a Rafa Castejón, Joaquín Notario, Marta Poveda, Álvaro de Juan, Oscar Zafra, Nuria Gallardo y Alba Enríquez. Los tres primeros hacen una actuación soberbia, sin desmerecer la labor del resto del reparto.
Es decir, una obra única que destaca por su originalidad, por su estructura, por la construcción de sus personajes, por beber tanto de la comedia palatina como de la comedia urbana, por la belleza de sus parlamentos, por su justeza rítmica y por sus situaciones desopilantes y por su desvarío coral al servicio de conflictos muy hondos. Y todo ello en un montaje muy acertado y en un teatro en el que después de la remodelación, es un lujo ver una obras tan excepcionales.
Estará en cartel solo hasta el 22 de diciembre. Compra de entradas en la pagina del Inaem
