Por Javier Aguado
Estoy seguro que a la gran mayoría de ustedes les dice poco el nombre de Clara Peeters e incluso haya sido la primera vez que le oyen, pero quédense con él y no desaprovechen la ocasión de ver esta exposición que hasta el 19 de febrero próximo estará abierta en el Museo del Prado. Son quince cuadros, de los que cuatro pertenecen a este Museo, la mayor concentración de su obra en una misma institución. Quince obras que merecen verse con todo detalle.
Apenas se tienen datos de su vida, su nacimiento se sitúa probablemente en Amberes entre 1588 y 1590 y de su muerte solo se sabe que ocurrió después de 1621 cuando se fecha su última obra. Una de las escasas mujeres que se dedicaron a la pintura en el siglo XVII, una época en la que las mujeres difícilmente podían desarrollar una actividad profesional.
Se trata de la primera muestra que el Prado dedica a una mujer, a Clara Peeters, uno de los secretos mejor guardados, que al fin podemos admirar el gran público. Se especializó en pintar naturalezas muertas, un género que estaba en la vanguardia del arte en aquella época. Fue, según sabemos, la primera artista en pintar naturalezas muertas de pescados, un tema que se haría popular. Pájaros, caza, uvas, conchas, porcelanas y alcachofas… con una apariencia tan real de esos enseres que muestran comida lista para servir, junto a vajillas y objetos de lujo.
El incentivo para pintar este tipo de objetos procedía de los banquetes de comienzos de la Edad Moderna, en los que la comida jugaba un papel fundamental y se usaba como signo de distinción .Las porcelanas procedentes de China, las copas de cristal de estilo veneciano o las copas doradas se usaban para dotar a las mesas de suntuosidad.
Son quince obras primordiales. Todas te llaman la atención y los cuadros están muy bien explicados. Gracias a eso puedes comprobar cómo se refleja la figura de la pintura en alguna copa dorada. Destaca entre todas las obras un cuadro en que las flores del jarrón, primorosamente pintadas, rivalizan en destreza con la elegante copa de plata, la bandeja con los frutos secos y los dulces, el transparente vidrio al fondo y la jarra de peltre.
Sin duda, Clara Peeters fue una adelantada a su tiempo. Abrió camino a las mujeres en el arte, creó una nueva visión en torno al bodegón e inventó el autorretrato invisible. No era fácil ser mujer pintora en el siglo XVII a pesar de la atmósfera de modernidad que se vivía en los Países Bajos de la época.
El precio de la entrada individual general al Museo es de 15 euros (reducida o gratuita, conforme a las condiciones habituales ya establecidas) y permite la visita a la colección permanente, la exposición “El arte de Clara Peeters” y a las exposiciones temporales coincidentes con su calendario de apertura.
De lunes a sábado de 18.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos de 17.00 a 19.00 horas, todos los visitantes que quieran acceder a la exposición podrán beneficiarse de una reducción en el precio de la entrada individual que les corresponda, así los visitantes con tarifa general adquirirán una entrada reducida por importe de 7,50 euros y los colectivos con derecho a entrada reducida podrán adquirir la entrada con una reducción del 50%, es decir, a un precio de 3,75 euros.
El horario de visita a la exposición será de lunes a sábado, de 10.00 a 20.00h, y domingos o festivos, de 10.00 a 19.00h.
