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Metapintura en el Prado, algo más que una exposición

Por Javier Aguado

Esta exposición, ”Metapìntura. Un viaje a la idea del arte”, que podemos ver en el Museo Nacional del Prado hasta el 19 de febrero próximo,  además de recoger un centenar de cuadros maravillosos de artistas como Tiziano, Durero, El Greco, Velázquez, Zurbarán ,Murillo o Goya, nos introduce en la verdadera historia del arte, dándonos a conocer conceptos e imágenes que van más allá de la propia pintura y proponiendonos una reflexión del arte visto desde dentro. Muy lejos del concepto de otras exposiciones mediáticas que estamos acostumbrados a visitar.

Recoge en gran parte obras del Museo del Prado a las que se han añadido una veintena de préstamos de otras instituciones. Esa dependencia de los fondos del museo explica que las Colecciones Reales y la pintura española serán los dos polos en torno a los cuales báscula la exposición que el Prado ha organizado, comisariada por Javier Portús, para releer y recontar sus colecciones, una aproximación a los fondos de manera distinta, como fueron también otras como “Goya en Madrid” o “La belleza encerrada”.

“No es habitual dentro de los estudios tradicionales de la historia del arte emplear el término metapintura y se nos ocurrió -señala Portús- la idea de promocionarlo proponiendo unas salas sobre el arte en la propia historia del arte dentro del Prado”. Y han acertado dando a conocer una de las exposiciones más intelectuales y ambiciosas de las recientemente programadas.

El viaje que propone la exposición se inicia con los relatos y leyendas de la mitología y la religión a través de los cuales se trata de explicar el impulso artístico y culmina en 1819 con la creación del Museo del Prado en plena asunción de que la pintura y la escultura debían ser protegidas por el Estado.

En la primera sección ”Los orígenes. La mitología”, nos llamó la atención «una jarra de cristal con narciso y una sirena». En total son doce secciones, con dos puntos de referencia del Siglo de Oro español, “El Quijote y Las Meninas”, hitos de la literatura y las pintura autorreflexivas europeas.

 

Jarro de cristal con Narciso y una sirena en el asa 1555. Cristal de roca / cuarzo hialino, Oro, Plata dorada, Rubí, 41,5 x 16,6 cm.
Jarra de cristal con Narciso y una sirena. Richard Toutain. Cristal de roca, cuarzo hialino, oro, plata dorada y rubí, 41,5 x 16,6 cm (alto x ancho). 1555. Madrid, Museo Nacional del Prado

 

En “La pintura como signo” se muestra varios ejemplos de “cuadros dentro del cuadro”,  que permite conocer los usos y conceptos relacionados con pinturas devocionales, esculturas antiguas o retratos. Destaca en esta sección el San Jerónimo de Pereda y El entierro de Cristo de Tiziano. Sucede a esta sección “Los límites del cuadro” donde se plantea el ilusionismo, la aspiración de la pintura a confundirse con la realidad , como el cuadro “Huyendo de la crítica” de Pere Borrell y un bodegón de Sánchez Cotán, que en su momento el Prado lo compro con una herencia  de Villaescusa y los beneficios de la famosa exposición de Velázquez.

Imagen de la exposición “Metapintura. Un viaje a la idea del arte”. Foto © Museo Nacional del Prado. / Image of the exhibition galleries © Museo Nacional del Prado.
Imagen de la exposición “Metapintura. Un viaje a la idea del arte”. Foto © Museo Nacional del Prado. / © Museo Nacional del Prado.

La segunda parte de la exposición incide en cómo el concepto de arte está estrechamente ligado a los de “Historia y tradición” y al artista. El autorretrato de Tiziano inicia una sección que incluye varios homenajes a este maestro y culmina con “Las hilanderas”, un lugar de encuentro entre Tiziano, Rubens y Velázquez. “El rostro del arte”, el siguiente espacio, recoge piezas como los autorretratos de Durero, de Murillo y el de Van Dyck. Tras ellos nos encontramos con “Los lugares del arte”, esos lugares de aprendizaje por un lado y aquellos  adonde estaban destinadas las obras de arte por otro. Imperdonable no mencionar en esta sección al “El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas de Bruselas” de David Teniers y “La vista” perteneciente a la serie “Los sentidos” de Rubens.

El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas 1647 - 1651. Óleo sobre lámina de cobre, 104,8 x 130,4 cm.
El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas. David Teniers. Óleo sobre lámina de cobre, 104,8 x 130,4 cm. 1647-51. Madrid, Museo Nacional del Prado

En “la historia del arte” destaca el Goya dedicado a Jovellanos, articulandose la primera historia moderna de la pintura española en la  que Goya pone en cuestión algunos de los usos más arraigados relacionados con las imágenes. Los temas del amor, la muerte y la fama protagonizan las últimas secciones. ”El final del viaje” concluye con una referencia a la inauguración del Prado en 1819 y un Cristo yacente de Vilamitjana con el rostro de Rosales y el retrato de este, pintado por Federico Rosales, en su momento director de este Museo que una vez más acierta con una gran exposición.

Hagan todo lo posible por verla. Merece la pena.

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